sábado, 8 de febrero de 2014

NOTAS BICENTENARIAS Ing. José Ubaldo García. Boconó, Edo. Trujillo, Noviembre 2013 Teléfono 0414-7484364 GGCHACARO@HOTMAIL.COM

La Villa de Calabozo

            Mientras que las tropas republicanas salían triunfadoras en Araure (05 Diciembre de 1.813), el terrible Boves se preparaba para dejar la población de Guayabal y con un ejército de unos 3.000 hombres que había preparado en los últimos dos meses, cruzó el río Guárico por el paso de Guatarama buscando reconquistar sus viejas querencias de Calabozo.

            La villa de todos los Santos de Calabozo fue una ciudad fundada en el año 1724, por el religioso Fray Salvador de Cádiz en el lugar donde existía una misión de indígenas desde unos años antes. Según se cuenta en aquella región se estableció el español José Tomás Rodríguez, como comprador de ganado y montó una pulpería en la que se vendían víveres, sal, aguardiente, tabacos y otras mercancías necesaria para la producción ganadera. Por escritos de varios historiadores se conoce que en un principio el joven español participó en favor de la independencia, pero que por algunas complicaciones con sus vecinos de la ciudad de Calabozo fue hecho prisionero, situación que le originó odios y resquemores contra los republicanos y una vez que fue liberado por la tropa realista de Eusebio Antoñanzas, se incorporó a las filas españolas en las que sobresalió rápidamente y logró ascensos en la escala militar hasta llegar a ser un líder al que llamaban “El taita” y que mantenía una gran dominancia sobre los hombres de la sabana que lo seguían con una increíble ceguera, con la esperanza puesta en los cambios prometidos  y con el miedo a la muerte marcado en todas las acciones.

            Después del descalabro del 14 de Octubre de 1813, las huestes de Boves y Morales, se fueron a Guayabal y desde allí una vez restablecidas, vuelven sobre la capital del Guárico; por los espías se han enterado que el Coronel Juan Vicente Campo Elías fue llamado por Bolívar para atender la resistencia en San Carlos y entonces aquel hombre al que la historia bautiza como “el azote del cielo”, monta sobre brioso caballo y lideriza las avanzadas de los lanceros que vienen por la revancha.

            En la Villa de Calabozo habían quedado unos 900 hombres para la defensa al mando del Coronel Pedro Aldao, un español aliado a los republicanos. Las gentes de la ciudad entraron en el terror de los sentenciados, cuando supieron de las avanzadas realistas y se enteraron de las atrocidades cometidas por aquellos hombres sin escrúpulos, que colgaban de los arboles a todo el que encontraban en los caminos. En la Villa del Rastro dejaron sus señales de muerte: cuerpos empalados, ceibas de cadalso y una bandera negra con calavera y huesos cruzados como piratas de los siglos anteriores. El Comandante de la guarnición dispuso la tropa para dar seguridad a la población y ayudar a la evacuación hacia el vecino pueblo de El Sombrero. A su regreso se encontró con el ejército de Boves sin poder entrar a la ciudad para resistir sus ataques y preparó la defensa en las afueras, en un lugar llamado el Paso de San Marcos. El Coronel Pedro Aldao y sus oficiales Padrón y Pedro Castillo tal vez  no conocían la cantidad de caballería que tenían por enemigos y guarecidos en un viejo corral de la hacienda enfrentaron las cargas de los enardecidos lanceros y fueron arropados completamente por una tropa que los triplicaba y que mantenía mejor posición para el combate. En el Paso de San Marcos el 10 de Diciembre de 1830 murieron todos los 900 hombres de la guarnición y su guarnición y sus oficiales.

            José Tomás Boves tomó venganza de la batalla perdida hacía dos meses atrás y caminó sin prisioneros hacia la ciudad de Calabozo, allí entraron en desfile simbólico llevando las cabezas de los oficiales patriotas clavadas en sus lanzas, como trofeos macabros para que los pocos pobladores supieran que de ahí en adelante la guerra era a muerte entre las castas y que todos los blancos morirían para dejar sus posesiones de casas y tierras para los pardos y mulatos que acompañaban a su nuevo caudillo.

            Para el atardecer de aquel día el ascendido General Boves mandó a degollar a más de cien españoles que lo habían esperado creyendo que por ser paisanos salvarían sus vidas, así mismo desterró a todas las mujeres y llamó a sus predios al padre Ambrosio Llamozas a quien perdonó y declaró como capellán de todo aquel ejército de lanceros, para el cual pedía sus oraciones por cuanto pensaba que Dios estaba con todos y que se ponía en contra de los llamados patriotas. Existen quienes dicen que aquel hombre por aquellos días se declaró como una herramienta de la ira de Dios en la tierra y que por lo tanto podía disponer de todas las vidas y todos los recursos que había por aquellos mundos.

            Con estos acontecimientos se cierra el año de 1813 en las luchas por la independencia venezolana y cuando las noticias de la matanza llegan a Valencia, Bolívar se entera entonces de la verdadera dimensión de las dificultades que vienen. Cuales serían entonces los pensamientos del Libertador en su afán de ganar todas las Batallas? Cuales serían los miedos y las esperanzas de todos aquellos hombres y mujeres que soñaban con una república propia? Por aquellos días los vientos huracanados venían desde la llanura y ya llegaban las humaredas de sus avanzadas, es por eso que los historiadores han llamado al nuevo año, el año terrible, porque es durante 1814 que la guerra llega hasta los niveles de exterminio y la humanidad propia de los hombres parece haberse convertido en una salvaje mascarada.

NOTA:

Marengo: Batalla ganada por napoleón Bonaparte el 14 de Junio de 1800, frente a los austriacos, cerca de Alessandria en Italia, que tuvo mucha importancia para los avances y logros de las tropas francesas.

Una Carga de Plata: Es una cantidad referida al peso que soporta una bestia de carga, es decir, los dos bultos o maletas que se colocan a cada lado sobre la enjalma de las mulas, una carga es aproximadamente 90 kg. Ejemplo una carga de café o de maíz.



Ing. José Ubaldo García

Boconó Edo. Trujillo, Diciembre 2013

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