Su vida se caracterizó por estar teñida del espíritu romántico de los personajes liberales de su tiempo. Se unió a la causa liberal en la época de
Antonio Leocadio Guzmán, fundador del partido liberal y adversario del gobierno conservador dirigido por
José Antonio Páez.
Sus padres fueron Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos tenderos pertenecientes al estrato de los "
blancos de orilla" y descendientes de inmigrantes españoles originarios de las
Islas Canarias.
[1] Durante los primeros años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción que podía brindarle una zona rural todavía convulsionada por las luchas independentistas. Después de Santa Inés, el Valiente Ciudadano toma rumbo hacia el centro del país, a través de Barinas y Portuguesa, pero antes de aproximarse a Caracas, resuelve el asalto de la ciudad de San Carlos; durante las acciones preliminares para la toma de la plaza, Su deceso tuerce el rumbo positivo que tomaba el conflicto para los federalistas y produce la pérdida del más importante.
En
1846, como miembro del
Partido Liberal, se presenta a las elecciones de ese año, como candidato a "elector" para el cantón de Villa de Cura, pero su nominación fue objetada por los conservadores, mediante procedimientos típicamente fraudulentos que él y todos sus amigos en conjunto y sus partidarios consideraron como compulsivos e ilegales. Este fue el reflejo de la tensa situación entre Liberales y Conservadores a escala nacional, cuyo cruento desenlace pretende evitarse por medio de una entrevista entre
José Antonio Páez y
Antonio Leocadio Guzmán padre de
Antonio Guzmán Blanco. No obstante, la reunión de los dos líderes es frustrada por alzamientos espontáneos de campesinos en la región central. Zamora llama inmediatamente a "hacer la guerra a los godos" en beneficio de los pobres, mientras Páez es nombrado Jefe del Ejército. En definitiva, Zamora se levanta en armas el
7 de septiembre de
1846, en la localidad de Guambra; "tierra y hombres libres", "respeto al campesino", "desaparición de los godos", son las consignas esenciales de quien la gente comenzó a llamar "General del Pueblo Soberano". Tras librar las acciones victoriosas de Los Bagres y Los Leones, es derrotado y capturado por el general
José María Zamora en la batalla de la Laguna de Piedra el
26 de marzo de
1847. Es condenado a muerte por los tribunales de
Villa de Cura el
27 de julio del mismo año, pero
José Tadeo Monagas le rebaja la pena a 10 años de prisión. Tras escapar de la cárcel de
Maracay en el camino hacia la prisión de
Maracaibo, encontró trabajo como peón en una hacienda. Al año siguiente fue indultado.
Estatua de Ezequiel Zamora, Estación Ferrocarril,
Cúa.
Algún tiempo después se enroló en el ejército liberal de
José Tadeo Monagas que combatía contra los terratenientes. En
1849 capturó a Páez y lo llevó encadenado a Caracas. En
1851 le ascendieron a coronel. La derrota de los terratenientes fue temporal y Zamora tuvo que exiliarse al Caribe. En octubre de
1858 se constituyó la Junta Patriótica y se inició una rebelión que encabezaría el general
Juan Crisóstomo Falcón, cuñado de Zamora. Para las masas que llevaron adelante la insurrección y para Zamora que las conducía y para sus compañeros e ideólogos de mayor confianza (el inglés José Branford, los franceses Carlos Enrique Morton,
Napoleón Avril, así como José Ignacio Charquet, Francisco J. Iriarte, Antolino Álvarez y otros), la guerra de la “feberación”, como decía la plebe y los esclavos recién liberados, se proponían también resolver el problema democrático, pero fundamentalmente la situación de desigualdad social.
La gran consigna expresada en medio de los campos de batallas en los llanos, de Coro, Yaracuy y Barquisimeto, así el de las proclamas editadas en una imprenta en La Victoria y que se repartían en los territorios liberados, era el de la “igualación social”. En una carta de Zamora del 12 de diciembre de 1859, dos días después de la Batalla de Santa Inés, escribía: “No habrá pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se tratan de bis a bis, de quien a quien”.
Guerra FederalEditar
El
23 de febrero de
1859, en el marco de la Guerra Federal Zamora desembarca procedente de
Curaçao en
La Vela de Coro. Se denomina Jefe de Operaciones de Occidente, haciendo que Coro se constituya en estado federal (
25 de febrero,
1859) y organizando un gobierno provisional de Venezuela (26 de febrero de 1859). El 23 de marzo triunfa en el encuentro de
El Palito, a partir del cual planifica sus movimientos hacia los llanos occidentales. Toma
San Felipe el
28 de marzo y reorganiza la provincia como entidad federal con el nombre de
estado Yaracuy. El 10 de diciembre de 1859, se desarrolla la
batalla de Santa Inés, en la cual derrota al ejército centralista; siendo considerada esta acción como fundamental en el proceso de la
Guerra Federal y testimonio de las excepcionales cualidades de Zamora como conductor de tropas. Después de Santa Inés, Zamora se dirige hacia el centro del país con 3.000 soldados de infantería y 300 jinetes, a través de
Barinas y
Portuguesa, pero antes de aproximarse a
Caracas, resuelve atacar
San Carlos, cuya plaza principal estaba defendida por el comandante Benito Figueredo, con 700 hombres.
Durante las acciones preliminares para la toma de la plaza, el
10 de enero de
1860, recibe un balazo en la cabeza que le causó la muerte. La causa queda en el misterio. Algunos dicen que la bala salió de su propio campo, obedeciendo órdenes de Falcón y Guzmán Blanco.
[2]
Su inesperado deceso cambió el rumbo positivo que llevaba la guerra para los federalistas y produjo la pérdida, del que para muchos fue el más importante líder popular del siglo XIX venezolano. Sus restos reposan en el
Panteón Nacional de Caracas desde el 13 de noviembre de 1872.