sábado, 10 de agosto de 2013

Juan Manuel Cajigal

(Miércoles, 10 de Agosto de 1803)
Juan Manuel Cajigal
El 10 de agosto de 1803 nace en Barcelona, estado Anzoátegui, el ingeniero, militar, matemático y periodista Juan Manuel Cajigal. Estudió en Madrid, primero como Cadete en el Cuerpo de Húsares Montados y posteriormente en la Universidad de Alcalá de Henares. El 1823 es enviado a París, donde culmina sus estudios de Matemáticas y se destacó tanto que recibió halagadoras proposiciones para dirigir la Cátedra de Matemáticas de la Universidad Complutense. Pero el sabio prefirió regresar a la patria y así lo hizo. En 1831 fundó la Academia de Matemáticas, que poco después adquiría renombre universal. Fundador del primer observatorio astronómico de Venezuela.
Fue senador y diputado, abrió nuevas vías de comunicación en su país y fundó el Observatorio Astronómico de Caracas. En 1841 volvió a Europa como secretario de la legación en Londres. A finales de 1844 regresó a su patria aquejado de una fuerte neurosis. Es autor de varias obras sobre cálculo integral y astronomía, y de un tratado de mecánica.
Muere en el pueblo de Yaguaraparo, estado Sucre, el 10 de febrero de 1856.

martes, 6 de agosto de 2013

Andrés Eloy Blanco

(Jueves, 6 de Agosto de 1896)
Andrés Eloy Blanco
Nació en Cumaná el 6 de agosto de 1896. Además de insigne poeta, fue ensayista, dramaturgo, cuentistas y orador. En 1918 se gradúa de Abogado en la Universidad Central. Dos años antes había ganado los Juegos Florales de Guayana, con el poema Canto a la Espiga y al Arado. La consagración nacional la va a recibir cuando su Canto a España obtiene el Primer Premio en el Concurso Hispanoamericano de Poesía, auspiciado en Madrid por la Real Academia Española.
Su actividad política en oposición al régimen gomecista, lo llevó varias veces a la cárcel y al destierro. Restablecida la democracia, Andrés Eloy Blanco fue al Congreso Nacional; en 1947 fue elegido Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; y fue Ministro de Relaciones Exteriores con Rómulo Gallegos.
Se encontraba en México desterrado cuando pereció en un accidente automovilístico, el 21 de mayo de 1955. Sus restos fueron llevados al Panteón Nacional.
El conjunto de sus obras está recogido en libros que fueron publicados con inusitado éxito: Tierras que me oyeron; El Huerto de la Epopeya; Navegación de Altura; La Aeroplana Clueca; Baedeker 2000; Poda; Carta a Juan Bimba; Giraluna; Vargas, Albacea de la Angustia; etc.
Destacó en la poesía con especial luz, lejano a las concepciones de sus contemporáneos, los miembros de la generación del 18, casi todos ellos altos poetas intimistas. En cambio, Andrés Eloy Blanco atendió siempre a lo que decía la gente, la calle, de allí la gran popularidad de la cual gozó con sus versos. En el cuento, especialmente en el más valorado de los suyos, La gloria de Mamporal, criticó las famas pueblerinas; como dramaturgo, se asomó en la mejor de sus piezas, Abigail (1942), a las lecciones bíblicas; como periodista fue uno de los más afamados columnistas de la prensa venezolana; como biógrafo, se ocupó del gran presidente de la República, José María Vargas, en Vargas, albacea de la angustia (1946); como ensayista político, se destacó especialmente en su Navegación de altura (1941). Como orador político y literario, cautivó a las multitudes venezolanas de los años treinta y cuarenta. Y lo siguió haciendo hasta su muerte en el exilio. De hecho, su última intervención pública, a horas del deceso, fue un discurso, en el cual llamó a lo mejor del espíritu venezolano a seguir viviendo. Como poeta gozó con sus poemas de una popularidad que seguramente sólo tuvo Abigail Lozano (1821-1866) durante el siglo XIX, Andrés Mata (1870-1931) a principios del presente, Aquiles Nazoa (1920-1976) a partir de los años cincuenta o Víctor Valera Mora (1935-1984) en los últimos tiempos. La fama lograda fue inmensa, pocos de los creadores con el verso han logrado tan alta estimación pública. Esto fue especialmente cierto con los textos que él recogió en su libro Poda. En su obra se halla un registro muy amplio, en la cual entra lo personal, como en El alma inquieta; lo geográfico y lo telúrico le dan carnadura a El río de las siete estrellas; lo tradicionista aparece en El limonero del Señor; es juguetón en El conejo blanco o en El gato verde; suyos son romances sobre tradiciones, como en La loca luz Caraballo; la transida emoción filial le hizo concebir su mejor poema A un año de tu luz o dejar escrito el viril testamento en su Canto a los hijos.
Andrés Eloy Blanco siempre se recordará por las famosas palabras que dijo cuando era Congresante a saber: "En el Mundo hay dos cosas que hacen mucha bulla; la primera: un automóvil viejo; y la segunda: un parlamentario recién elegido por primera vez."

La Creación de Bolivia

(Sábado, 6 de Agosto de 1825)
El 6 de agosto de 1825, una asamblea reunida en Chuquisaca, determina que el Alto Perú sea independiente y que se cree una República con el nombre de Bolivia, en homenaje al Libertador.
Sucre fue el gran artífice de esta creación basándose en el principio de la autodeterminación de los pueblos. Bolívar escribió su Constitución y la llamó su hija predilecta.
El Alto Perú es un territorio que pertenece a dos naciones: una parte a la Argentina y la otra al Perú. Sucre propone que se realice una Asamblea en Chuquisaca a fin de que los pueblos decidan su propia suerte. A Bolívar no le gustó la idea y se la criticó al Gran Mariscal. Pero, al final de cuentas, la Asamblea se realizó sin problemas porque ni Lima ni Buenos Aires tenían objeciones que hacer.
La Asamblea de Chuquisaca determinó que el Alto Perú fuera independiente y que de ese territorio se formara una nueva Nación con el nombre de Bolívar, en su honor. ¡Sí que era un honor, y muy grande!. Que una Nación entera llevara su nombre, superaba todas las ambiciones de Bolívar. Y Sucre, su mejor amigo, era nombrado Presidente de Bolivia para toda la vida; pero su carácter y su manera de pensar no le permitían aceptar sino por el espacio de dos años.
En Arequipa Bolívar da una serie de leyes en beneficio de los pobres indígenas, así como en Chuquisaca se preocuparía por el establecimiento de escuelas públicas, colegios y, en fin, de la instrucción en general.
A la llegada al Cuzco, la humilde gente riega de Flores las calles por donde pasa el caballo de Bolívar; "la emoción era tan gran que ya me parecía estar otra vez en el delirio". "Yo veía premiados con creces los esfuerzos por libertar a los pueblos".
Aquí le ofrecieron una corona de oro, diamantes y perlas, la cual obsequió a sucre; y las joyas que había recibido las regaló a sus edecanes.
Lo que más le emocionó a Bolívar fue lo más sencillo. Nunca había oído Palabras tan bellas y espontáneas como las que dijera en el pequeño pueblo indígena de Pucará uno de sus moradores, José Domingo Choquehuanca. Cuando entró a este pueblito, el 2 de agosto de 1825, el orador le recibió así:
"Quiso Dios de salvajes hacer un Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza y mandó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América, y os ha enviado a vos. Sois, pues, hombre de un designio Providencial. Nada de lo hecho antes que vos se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitaros, será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias Repúblicas que, en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza a donde ninguno ha llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta el tiempo con el transcurso de los siglos, y así como crece la sombra cuando el sol declina".
Palabras tan hermosas no podían brotar sino del corazón de un hombre noble, sencillo. Dijo
el Libertador Simón Bolívar.
BREVE RESEÑA SOBRE LA CONSTITUCION DE BOLIVIA

Después de Ayacucho, Sucre siguió hacia el sur; cruzó con sus tropas el río Desaguadero y ocupó el territorio del Alto Perú cuyas provincias habían dependido del Virreinato de Río de la Plata. Según el uti possidetis, las provincias del Alto Perú debían formar parte del gobierno de Buenos Aires. Sin embargo, este punto de vista no era compartido por todos los sectores políticos del Alto Perú, entre los cuales había partidarios también de formar con sus provincias una nueva república. La aspiración de constituirse en república independiente tomó impulso a raíz de la victoria de Ayacucho; y fue estimulada además, por la distancia y debilidad de los vínculos de estas provincias con el gobierno de Buenos Aires.
Ante esta situación política, Sucre convocó por decreto del 9 de febrero de 1825, a las provincias del Alto Perú para que enviaran sus diputados a una asamblea nacional que decidiera la suerte del país. Por su parte, el gobierno de Buenos Aires, resolvió dejar en libertad a las provincias para que adoptaran el régimen político que fuera de la voluntad popular. El Congreso del Alto Perú se instaló en Chuquisaca, el 10 de julio de 1825, con diputados de las provincias de La Paz, Chuquisaca, Cochabamha, Oruro y Santa Cruz, declaró la independencia de las provincias, y formó con ellas una nueva nación que recibió el nombre de "República de Bolívar". Por último, el Congreso pidió a El Libertador redactara el proyecto de constitución para el nuevo Estado.
LA CONSTITUCION DE BOLIVIA
En el proyecto de constitución presentado al Congreso de Bolivia, El Libertador propone la adopción de principios e instituciones de gobierno ya expuestos por él en su discurso de Angostura. En algunos casos modifica la estructura organizativa del poder público y le atribuye funciones diferentes del esquema tradicional. Pero mantiene sus puntos de vista de que el régimen que se establezca sea sencillo y fuerte y garantice la estabilidad de las instituciones. El Libertador insiste, además en la abolición de la esclavitud y el establecimiento de la libertad de cultos.
ASPECTOS IMPORTANTES DEL PROYECTO DE CONSTITUCION DE BOLIVIA
El Poder Público dividido en cuatro ramas:
Electoral, Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
El Poder Electoral estaba constituido por Electores, nombrados a razón de uno por cada diez ciudadanos. Estos Electores formaban los Colegios Electorales de cada provincia, "representaban los intereses y necesidades de ellas y servían para quejarse de las infracciones de las leyes y de los abusos de los magistrados
El Poder Legislativo se componía de tres cámaras: Tribunos, Senadores y Censores. La idea de El Libertador era que una de estas cámaras sirviera de árbitro de las otras dos para asegurar de esta manera la armonía en el funcionamiento del Congreso. La Cámara de Tribunos se ocupaba de las cuestiones relativas a la hacienda pública, paz y guerra. La Cámara de Senadores, de la organización de los Tribunales y el Culto religioso. Y la Cámara de Censores tendría a su cuidado velar por el cumplimiento de la Constitución y los tratados públicos. Los Censores se ocuparían, además, de proteger la moral, las ciencias, las artes, la instrucción y la imprenta.
El Poder Ejecutivo estaría en manos del Presidente de la República, quien ejercería sus funciones con carácter vitalicio. En opinión de El Libertador, la autoridad del presidente debía ser perpetua, "porque en los sistemas sin jerarquías se necesita más que en otros, un punto fijo alrededor del cual giren los magistrados y los ciudadanos; los hombres y las cosas". Además, el Presidente no tendría responsabilidades en la administración del gobierno, las cuales recaían en el Vicepresidente y los miembros del gabinete. Por último, el Presidente nombraba al Vicepresidente "para que administre el Estado, y le suceda en el mando".
El Poder Judicial residía en un Tribunal Supremo con jurisdicción nacional; y en Cortes Superiores y Tribunales Ordinarios en las provincias. A este poder se le garantizaba una independencia absoluta y los candidatos debían ser presentados por el Poder Electoral y escogidos por el Poder Legislativo.
En cuanto a los principios que iban a servir de base a la Constitución, El Libertador escribe en su mensaje lo siguiente:
"Se han establecido las garantías más perfectas: la libertad civil es la verdadera libertad; las demás son nominales o de poca influencia con respecto a los ciudadanos. Se ha garantizado la seguridad personal, que es el fin de la sociedad, y de la cual emanan las demás. En cuanto a la propiedad, ella depende del código civil que vuestra sabiduría debiera componer luego, para la dicha de vuestros conciudadanos. He conservado intacta la ley de las leyes: la igualdad, sin ella perecen todas las garantías, todos los derechos. A ella debemos hacer los sacrificios. A sus pies he puesto, cubierta de humillación, a la infame esclavitud".

La Batalla de Boyacá

(Viernes, 6 de Agosto de 1819)
La culminación exitosa de la Campaña de los Andes, cuando Bolívar apenas contaba 36 años, fue la Batalla de Boyacá, librada el 6 de agosto de 1819. El Libertador, que había comenzado la Campaña con unos 2.500 hombres, llegó a Boyacá con un ejército exhausto. En Boyacá, donde se logró la libertad de Nueva Granada, el General Barreiro sufrió completa derrota. El mismo quedó prisionero junto con 1.600 españoles más. Apenas se salvaron 50 hombres. El virrey Sámano huyó precipitadamente de Bogotá.
Esta Batalla fue uno de los combates decisivos de las guerras de emancipación de América Latina (1810-1825), emprendidas por los criollos y patriotas sudamericanos. Tuvo lugar en la zona de Boyacá, en Nueva Granada (hoy en día perteneciente a Colombia), entre un ejército español dirigido por el general José María Barreiro y un ejército revolucionario de Venezuela y Nueva Granada, a las órdenes de Simón Bolívar, que fue dividido en dos contingentes, comandados por Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui. Los insurgentes ganaron la batalla, y la victoria sentó las bases para la independencia de Nueva Granada y Venezuela del dominio español. Fue la primera de una serie casi ininterrumpida de victorias, que culminaron en 1824 con la batalla de Ayacucho.

Bolívar en Caracas

(Viernes, 6 de Agosto de 1813)
Bolívar en Caracas
El 6 de agosto de 1813 entra Simón Bolívar triunfalmente en Caracas, coronando con el éxito la Campaña Admirable. Había salido de Cúcuta el 14 de mayo.
En Trujillo debía esperar las órdenes de la Nueva Granada para proseguir la campaña. Pero el tiempo era principal enemigo y no podía dar tregua a los españoles. Las tropas de Monteverde acababan de llegar de Oriente, donde estaban ocurriendo cosas singulares. Por coincidencia en enero de este mismo año, un grupo de patriotas que se había refugiado en el islote de Chacachacare, cerca de Trinidad, decide invadir a Venezuela. Ellos son Mariño, los hermanos Bermúdez, Piar, Azcue, Videau...El grupo lo formaban 45 patriotas, jóvenes y decididos. Desembarcaron en Güiria, con apenas seis fusiles y armados de machetes cayeron sobre quinientos españoles que allí estaban. Luego siguieron sobre Irapa y a poco estaban en Maturín.
Esto me entusiasmó mucho más y decidí continuar. El 2 de julio obtuvimos una bellísima victoria en Niquitao, gracias al valor de José Félix Ribas y al concurso de Urdaneta. Días más tarde entrábamos liberando a Barinas, donde los españoles habían hecho desastre.
De triunfo en triunfo seguimos hasta San Carlos. El 31 de julio se me presentó la inmensa oportunidad de abrirme paso hacia el centro del país. Caracas era mi objetivo y ese día derroté por completo a los españoles en Taguanes. Monteverde, que estaba en Valencia, quiso venir a auxiliar a Izquierdo, pero al saber la derrota de éste, se devolvió y cogió el camino de Puerto Cabello.
Así, quedaba Valencia más libre y el 2 de agosto entré triunfalmente en esta ciudad, donde dejé de Gobernador Militar a Girardot y con tropas de éste y de Urdaneta me dirigí a Caracas.
A mi adorada ciudad natal llegué el día 6 de agosto. Tenía yo 30 años. Y ya todo el pueblo sabía que mi ejército había venido venciendo de población en población. Los realistas de Caracas, encargados del Poder Civil y Militar abandonan la ciudad precipitadamente y se esconden en La Guaira. Luego, en 14 barcos se van hacia Curazao.
Precisamente la Gaceta de Caracas, que había sido el primer periódico de Venezuela, decía en la edición del 26: "Que se considere al héroe caraqueño en medio de un concurso de más de treinta mil almas recibiendo los honores sinceros de todo un pueblo a quien acaba de liberar, manifestados por la más tierna sensibilidad, y expresados por las aclamaciones repetidas de: viva nuestro Libertador, viva la Nueva Granada, viva el Libertador de Venezuela"