miércoles, 25 de junio de 2014

Pedro León Torres

(Miércoles, 25 de Junio de 1788)
Pedro León Torres
El General Pedro León Torres nace en Carora, Estado Lara el 25 de junio de 1788. En su ciudad natal adquiere instrucción elemental y militar cuando se adhirió a la causa del movimiento emancipador proclamado en Caracas el 5 de julio de 1810.
Marcado por la idea independentista se pone bajo las órdenes del Libertador Simón Bolívar, quien emprendía la liberación de Venezuela luego del fracaso de la Primera República.
Cuando la segunda república cae en la batalla de La Puerta, el joven Pedro León emigró junto con Urdaneta a Nueva Granada. Ya ostentaba el grado de comandante. Bajo el mando de Bolívar venció en Bogotá al dictador Alvarez. Participó en el sitio de Cartagena en defensa del fuerte San José, que caería irremediablemente en manos del ejército realista de Morillo. Se exilia en las Antillas para participar en las operaciones que el Libertador organizaría en contra de la Corona española.
Formó parte de la retirada de Ocumare y derrotados los patriotas en Los Aguacates, pasó a las órdenes de Mac Gregor, con el cual triunfó en Quebrada Onda y el Alacrán. Bajo el mando de Piar se halló en la gloriosa acción de Juncal, el 27 de septiembre de 1816. Junto a Piar invadió Guayana y se batió en el asalto de Angostura y en la Batalla de San Felix, lo que le mereció el ascenso a General de Brigada.
El 1818 formó parte de la campaña de los llanos. El 29 de enero de 1821 Bolívar nombra a Torres jefe del ejército Sur del departamento de Cundinamarca, en reemplazo del General Valdes.
Herido mortalmente en la batalla de Bomboná el 7 de abril de 1822, Bolívar lo asciende, en pleno campo de batalla, a General de División, rango con el que moriría el 22 de agosto de 1822.

martes, 24 de junio de 2014

Batalla de Carabobo

(Domingo, 24 de Junio de 1821)
Batalla de Carabobo
Carabobo no es sólo una batalla sino, ante todo una campaña expresión de unidad, estrategia, organización. Para el 28 de abril de 1821 el ejército patriota estaba bien organizado. Este día salieron todas las divisiones desde sus respectivos puntos de partida, menos la división de Páez, quien salió de Achaguas el 10 de mayo. Todos debían concentrarse en San Carlos.
Urdaneta sale de Maracaibo vía Coro y Carora, donde debe quedarse por enfermedad; Bolívar inicia la marcha en Barinas con dirección a Guanare y San Carlos; Páez salió de Achaguas, y tras una Penosísima marcha al mando de 2.500 hombres y conduciendo 2.000 caballos de reserva y 4.000 novillos para el abastecimiento del ejército, llegó a San Carlos el 4 de junio.
A Cruz Carrillo le correspondió una misión muy importante, la diversión en Occidente, de manera que siguió la ruta Trujillo-Carache-El Tocuyo-Quíbor-Barquisimeto. Su tarea era sólo la de impedir que las tropas realistas concurrieran a auxiliar a los suyos. Igual misión tuvo Bermúdez, quien salió de Barcelona también con el propósito de distraer a los realistas de Caracas. Presentó batalla en El Calvario, y aunque fue derrotado, sirvió para lo que se quería, es decir, evitar la reunión de la gran masa del ejército realista en Carabobo.
El domingo 24 de junio de1821 se enfrentaron, a las 12 del mediodía, 4.079 realistas contra 6.500 patriotas. Apenas la mitad, aproximadamente, de los efectivos pudo participar en la batalla, que culminó en cuestión de una hora. La división de Páez fue prácticamente la única que intervino, con sus llaneros y la Legión Británica. Plaza y Cedeño murieron por impetuosidad, cuando ya la batalla estaba decidida.
Bolívar dirigió el ejército patriota y Miguel de La Torre el realista. Fue tan contundente la hazaña de Páez, que el Libertador lo ascendió a General en Jefe en el mismo campo de batalla.
La batalla de Carabobo aseguró la independencia de Venezuela, si bien hubo que esperar hasta el 24 de julio de 1823 para rubricarla definitivamente con la batalla naval del Lago de Maracaibo. El último reducto de los realistas, el castillo de Puerto Cabello, cayó bajo las armas de José Antonio Páez.
PARTE DE LA BATALLA DE CARABOBO

Al Excelentísimo señor Vicepresidente de Colombia.
Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia.
Reunidas las divisiones del Ejército Libertador en los campos de Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la mañana sobre el Cuartel General enemigo situado en Carabobo, en el orden siguiente: La primera división, compuesta del bravo batallón Británico, del Bravo de Apure y 1.500 caballos a las órdenes del señor general Páez. La segunda, compuesta de la segunda brigada de La Guardia con los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas, y el Escuadrón Sagrado que manda el impertérrito coronel Aramendi a las órdenes del señor general Cedeño. La tercera, compuesta de la primera brigada de La Guardia con los batallones Rifles, Granaderos, Vencedor de Boyacá, Anzoátegui y el regimiento de caballería del intrépido coronel Rondón, a las órdenes del señor coronel Plaza.
Nuestra marcha por los montes y desfiladeros que nos separaban del campo enemigo fue rápida y ordenada. A las 11 de la mañana desfilamos por nuestra izquierda al frente del ejército enemigo bajo sus fuegos; atravesamos un riachuelo, que sólo daba frente para un hombre, a presencia de un ejército que bien colocado en una altura inaccesible y plana, nos dominaba y nos cruzaba con todos sus fuegos.
EL bizarro general Páez a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora todo él fue envuelto y cortado. Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. El batallón Británico mandado por el benemérito coronel Farriar pudo aún distinguirse entre tantos valientes y tuvo una gran pérdida de oficiales.
La conducta del general Páez en la última y en la más gloriosa victoria de Colombia lo ha hecho acreedor al último rango en la milicia, y yo, en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe de ejército.
De la segunda división no entró en acción más que una parte del batallón de Tiradores de La Guardia que manda el benemérito comandante Heras . Pero su general, desesperado de no poder entrar en la batalla con toda su división por los obstáculos del terreno, dio solo contra una masa de infantería y murió en medio de ella del modo heroico que merecía terminar la noble carrera del bravo de los bravos de Colombia. La República ha perdido en el general Cedeño un grande apoyo en paz o en guerra; ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al Gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este General al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne. Igual dolor sufre la República con la muerte del intrepidísimo coronel Plaza que, lleno de un entusiasmo sin ejemplo, se precipitó sobre un batallón enemigo a rendirlo. El coronel Plaza es acreedor a las lágrimas de Colombia y a que el Congreso le conceda los honores de un heroísmo eminente.
Disperso el ejército enemigo, el ardor de nuestros jefes y oficiales en perseguirlo fue tal que tuvimos una gran pérdida en esta alta clase del ejército. El boletín dará el nombre de estos ilustres.
El ejército español pasaba de seis mil hombres, compuesto de todo lo mejor de las expediciones pacificadoras. Este ejército ha dejado de serlo. Cuatrocientos hombres habrán entrado hoy a Puerto Cabello.
El Ejército Libertador tenía igual fuerza que el enemigo, pero no más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas 200 muertos y heridos.
El coronel Rangel, que hizo como siempre prodigios, ha marchado hoy a establecer la línea contra Puerto Cabello.
Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla.
Tengo el honor de ser con la más alta consideración, de V. E. atento, humilde servidor.
Valencia, 25 de junio de 1821.
Simón Bolívar

Muere Pedro Camejo. (El Negro Primero)

(Domingo, 24 de Junio de 1821)
Muere Pedro Camejo. (El Negro Primero)
Pedro Camejo nació en San Juan de Payara, Estado Apure en 1790. El apodo de Negro Primero que le distinguía se había inspirado en su bravura y destreza en el manejo de la lanza. Vecino de Achaguas o de San Juan de Payara. Había sido esclavo de Vicente Alonzo, de Apure.
Pedro Camejo o Negro Primero era una persona de escasa preparación intelectual, aun cuando poseía una mente ágil y despierta. A comienzos de la Guerra de Independencia formó parte del ejército realista. En 1816 sentó plaza en las filas republicanas en las fuerzas que mandaba el general José Antonio Páez en Apure.
En 1816, el teniente Camejo y el presbítero Trinidad Travieso intercedieron ante el general Páez, en favor del teniente José María Córdoba (más tarde general de división), quien había sido condenado a muerte por un Consejo de Guerra, por el delito de deserción.
En 1818, cuando el general en jefe Simón Bolívar llegó a San Juan de Payara, durante el desarrollo de la campaña del Centro, vio a Camejo por primera vez. La corpulencia del guerrero y las referencias que le dio el general Paez, despertaron en Bolívar su interés y en la breve charla que sostuvieron, Bolívar le formuló algunas preguntas, las cuales fueron respondidas por Camejo con ingenuidad y sencillez; al explicar la razón que le llevó a sentar filas en el ejército republicano, dijo que fue inicialmente la codicia; pero que luego comprendió que la lucha tenía otros propósitos más elevados.
Fue uno de los 150 lanceros que participaron en la batalla de las Queseras del Medio (2 de abril de 1819) y en esa ocasión, recibió la Orden de los Libertadores de Venezuela. En la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821) era integrante de uno de los regimientos de caballería de la primera división de Páez; allí rindió la vida.
Eduardo Blanco, en Venezuela heroica, narra el momento cuando, herido de gravedad, Camejo compareció ante el general Páez y con voz desfalleciente le dijo: "Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto".
Murió el 24 de junio de 1821.

lunes, 23 de junio de 2014

Cristobal Mendoza

(Martes, 23 de Junio de 1772)
Cristobal Mendoza
Estadista, jurisconsulto, historiador y periodista, Cristóbal Mendoza, quien llega a ser el primer presidente de la República (1811), nace Trujillo, el 23 de junio de 1772.
Licenciado en Artes (filosofía) del la Universidad de Caracas y Doctor en Derecho Civil y Canónico de la Universidad Santo Tomás de Aquino (Santo Domingo), en 1797. Mendoza recibe, tras años de preparación, el título de abogado, otorgado entonces por la Real Audiencia de Caracas, y a partir de entonces, ejerce su profesión en diversas poblaciones del territorio nacional.
Como protector de naturales de la provincia de Barinas (que para la época comprendía también el actual estado Apure), se dedica a la defensa de los indígenas desvalidos. Desde la provincia llanera, se suma al movimiento independentista que emprendieron los criollos caraqueños el 19 de abril de 1810.
Ese mismo año, Mendoza organiza en la provincia llanera una Junta de Gobierno local y lanza, junto a los patricios barineses, la proclama: "Paz y tranquilidad son nuestros deseos. Morir o ser libres nuestra divisa".
Poco después es elegido diputado para representar a Barinas ante el Congreso Constituyente de 1811, pero no llega a ejercer el cargo porque el propio Congreso le designa a la cabeza del Triunvirato Ejecutivo que ejerce para la época el gobierno del país, haciendo de él el primer presidente de una Venezuela aún no constituida en Estado soberano. Además de Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar padrón formaban el Triunvirato y se turnaban semanalmente el ejercicio de la presidencia. (Este fue el primer Triunvirato que se formo en Venezuela desde el 6 de Marzo de 1811 al 21 de Marzo de 1812).
A la caída de la Primera República, como la mayoría de los próceres tuvo que emigrar en 1812 y se refugia en Nueva Granada, actual República de Colombia. En territorio colombiano, tiene noticias de que, el entonces brigadier, Simón Bolívar se dispone a libertar a Venezuela y se une a él, de quien ya no se separará hasta alcanzar su causa independentista. Luego de la victoriosa Campaña Admirable el Libertador nombró a Mendoza Gobernador de Mérida; y casi inmediatamente fue nombrado Gobernador Político de Caracas.
Es Cristóbal Mendoza quien propone al Cabildo Abierto celebrado en Caracas, en 1813, que confiera a Bolívar el título de Libertador. Su admiración hacia el Padre de la Patria, fue creciendo con la convivencia. A partir de 1821, ejerció el cargo de Ministro de la Corte de Justicia, por espacio de cinco años.
En 1826, inicia la edición de la primera gran obra histórica para el estudio de Bolívar, titulada Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar.
Durante el año de 1826, en tiempos de la Gran Colombia, Mendoza es nombrado Intendente del Departamento de Venezuela por el Vice-presidente Francisco de Paula Santander, tiene que enfrentar el movimiento separatista de La Cosiata, liderizado en Valencia por José Antonio Páez. En la Asamblea celebrada en Caracas, se opone a los enemigos de Bolívar y a los que proponen la disolución de la Gran Colombia. Pero pronto las intrigas en su contra y una grave enfermedad, le hacen aparterse de la vida pública.
A mediados de 1828, renuncia a su cargo de intendente y muere en una hacienda en las afueras Caracas, el 8 de febrero de 1829. Ya para este entonces, se podía hacer un balance de una vida austera, honrada, de una probidad sin mancha. Bolívar lo llamó: "modelo de virtud y bondad útil".
Cristobal Mendoza, primer presidente de la Repùblica, contaba con 56 años cuando murió y dejaba una familia numerosa y desgraciada.
Simón Bolívar, al contestarle la última carta que el patricio le escribió, le dice: «No puedo soportar la idea de lo que usted me dice sobre su familia....Un sabio nunca muere, pues no hace otra cosa que mejorar de carrera....»
El General Páez, por su parte, cuando solicitaban a Mendoza desde Ocaña, en 1828, escribió al Libertador: «Me he opuesto a que el Doctor Mendoza vaya a la Convención, como representante elegido de la Provincia de Mérida; dejando Mendoza el puesto, se abre la puerta a la corrupción y mala fe de los empleados; este hombre les impone respeto por su saber, probidad y severidad, y tiene también a los godos en continuas zozobras».