sábado, 1 de marzo de 2014

Vinicio Adames

(Martes, 1 de Marzo de 1927)
Vinicio Adames
Nace en Barquisimeto, estado Lara, el 1º de marzo de 1927, el músico Vinicio Adames. En su ciudad natal fundó y dirigió en 1948 el «Conjunto Coral Lisandro Alvarado». Trata de perfeccionarse en música y canto, al tiempo que estudia en la Universidad Central de Venezuela, donde se gradúa de Licenciado en Estudios Internacionales, en 1958. En este mismo año se reorganiza el Orfeón Universitario, quedando bajo la dirección de Vinicio Adames.
El primer concierto de este prestigioso Orfeón (segunda etapa) lo dirige Adames el 14 de agosto de 1958. Este notable músico pereció junto con los miembros del Orfeón Universitario el 3 de setiembre de 1976, cuando el avión en que viajaban se estrelló en el Aeropuerto de Lajes, Islas Azores. Un parque del Estado Miranda lleva su nombre, al igual que la Coral del Banco Central de Venezuela.

Fundación de San Carlos

Martes, 1 de Marzo de 1678)
Aunque la fundación de San Carlos de Austria, hoy capital del estado Cojedes, obedeció a un largo proceso, se puede tener el 1º de marzo de 1678 como el día de su nacimiento, según Torcuato Manzo Núñez, quien presenta, a falta de un acta específica, una serie de argumentos, dando por fundador a Fray Pedro de Berja o Verja.
Lo cierto es que sí hay constancia de una solicitud hecha por el fraile ante el gobernador de la Provincia de Venezuela, Fernando de Villegas, para fundar una villa con el nombre de San Carlos aprobada en 1677 y por Cédula Real de finales de 1677.
La demarcación hecha por el Gobernador Alberro para la villa fue de «...cinco leguas en su contorno...». La villa fue creciendo poco a poco y a mediados del siglo XVII empieza a tener significación histórica con los movimientos preindependentistas de Andresote y Juan Francisco León.
En la independencia destacaron hechos como la Batalla de las Mujeres y la concentración del Ejército patriota que participaría en la Batalla de Carabobo, en 1821, en la Casa de La Blanquera, donde el Libertador dio los toques finales al plan de acción de la trascendental batalla.

viernes, 28 de febrero de 2014

Manuel Díaz Rodríguez

(Martes, 28 de Febrero de 1871)
Manuel Díaz Rodríguez
Manuel Díaz Rodríguez nació en el este de Caracas, el 28 de febrero de 1871. Estudió en el Colegio Sucre y en la Universidad Central con Adolfo Ernst y Rafael Villavicencio, exponentes del saber científico de Venezuela.
Había escrito ya otros libros como «Confidencias de Psiquis», «De mis Romerías», «Cuentos de Color» y su gran novela «Idolos Rotos», cuando muere su padre y el escritor debe encargarse de la propiedad paterna, la hacienda Los Dolores, y allí alterna, Virgilio de por medio, con las faenas agrícolas y la lectura de los clásicos y la preparación de otros ensayos –narraciones siempre lúcidas, siempre líricas-. De allí van a salir los libros «Sangre Patricia», «Camino de Perfección», «Sermones Líricos», «Peregrina o el Pozo Encantado».
¿Cómo pudo este escritor Díaz Rodríguez «el más completo de todos los maestros nacionales y extranjeros que liderizaron el modernismo», según el decir de Pedro Pablo Paredes, cómo pudo producir una obra literaria tan importante como fecunda en medio de la agitación que significa el activismo político administrativo? Porque ha de decirse que Díaz Rodríguez es en 1909 Vice-Rector de la Universidad Central; después fue Director de Educación y Bellas Artes en el Ministerio de Instrucción Pública; en 1914 es Ministro de Relaciones Exteriores; en 1915 Senador por el Estado Bolívar; en 1916, Ministro de Fomento; en 1918, otra vez Senador; en 1919 Embajador en Italia y Presidente de los Estados Nueva Esparta y Sucre, en 1925 y 26. Es decir, difícil tarea la de conciliar el ejercicio de estos cargos con el arte de la creación.
Y este maestro del modernismo, del lirismo, lo logró, sin desmejorar el estilo, como es el caso de Peregrina, novela que debió ser concebida bajo la más rigurosa disciplina, en cuanto a forma, y bajo las mejores condiciones del espíritu en cuanto a estética, tal es de sensible su narrativa.
No fue tan afortunado Díaz Rodríguez con la producción poética, vaciada en sus Eglogas del Avila, que si bien son perfectas en la estructura, como sonetos, no tienen el necesario vuelo poético. Díaz Rodríguez murió enfermo de Linfosarcoma, en Nueva York, el 24 de agosto de 1927. Dejó un libro póstumo: Entre las Colinas en Flor.

Antonio Guzmán Blanco

(Sábado, 28 de Febrero de 1829)
Antonio Guzmán Blanco
Uno de los grandes caudillos y ejes de la política venezolana por espacio de casi veinte años, Antonio Guzmán Blanco nació en Caracas un 28 de febrero de 1829. Estudió Derecho en la Universidad de Caracas y sus viajes le dieron una gran experiencia en la política y en la administración pública. Estuvo en Estados Unidos como Secretario de la Legación de Venezuela en Washington.
Pero la verdadera carrera política y militar de Guzmán Blanco la inicia en 1859, cuando se origina la Guerra Federal y el futuro caudillo liberal se alinea al lado de Juan Crisóstomo Falcón y de Ezequiel Zamora. Al triunfar la Revolución, en 1863, pasa Guzmán Blanco a formar Gobierno.
En 1870 el mismo encabeza una revolución y logra entronizarse a la manera de los dictadores; en 1873 es electo Presidente de la República y gobierna en forma progresista hasta 1877; este período se conoce con el nombre de Septenio; luego asciende al poder Linares Alcántara, quien muere repentinamente y es Guzmán Blanco quien se encarga de nuevo de la Presidencia, desde 1879 hasta 1884, es decir, el período llamado Quinquenio; de 1884 a 1886 gobernó Joaquín Crespo, tornó a mandar Guzmán Blanco desde 1886 a 1888, período conocido con el nombre de Bienio.
Durante estos tres períodos Guzmán fue un autócrata, hizo un gobierno personalista y acomodó la Constitución a su conveniencia; sin embargo, la historia le reconoce el papel de civilizador, de modernizador de la Venezuela que él vivió. Hizo caminos a través del país, fomentó la agricultura y la instrucción (a él se le debe el decreto de instrucción pública y obligatoria, de 1870), estimuló el comercio; construyó el Panteón Nacional, El Capitolio, teatros, iglesias, etc.
Hizo fastuosa la celebración del Centenario del Nacimiento del Libertador en 1883. En definitiva, impulsó a Venezuela en los órdenes material y cultural, de acuerdo con la inteligencia y los grandes conocimientos que él poseía. Recibió el título de Ilustre Americano. Su padre, Antonio Leocadio Guzmán, también hombre público y fogoso periodista, no llegó a la posición del Caudillo.
Guzmán Blanco murió en París, el 28 de julio de 1899.
GOBIERNOS DE GUZMAN BLANCO

Antonio Guzmán Blanco, fue, sin dudas, el caudillo de mayor relieve surgido de la Guerra Federal. Ejerció el gobierno, directa e indirectamente, por 22 años y su influencia se extendió por un período aún mayor. Su obra de gobierno la realizó en tres etapas o períodos. El Primero, de siete años, 1870-77, recibe el nombre de "Septenio", y es considerado como "uno de los períodos más fecundos y progresivos de la historia venezolana."
Al terminar este período, Guzmán Blanco hizo elegir para que le sucediera en la Presidencia, a uno de sus tenientes más adictos, el General Francisco Linares Alcántara, y se fue a Europa investido de un alto cargo diplomático. Pero Linares Alcántara, que había prometido continuar la política de Guzmán Blanco, decidió romper con su protector y propició desde el gobierno un movimiento anti-guzmanista. Fueron derogados los decretos dictados por los Congresos sobre honores a Guzmán Blanco y demolidas las estatuas que esos mismos congresos habían ordenado levantarle en Caracas. Este movimiento contra Guzmán Blanco, ausente en Europa, provocó el alzamiento de uno de sus partidarios, el General Gregorio Cedeño, quien a la cabeza de la llamada "Revolución Reivindicadora" entró en Caracas, en febrero de 1879. Pocos días después regresó Guzmán Blanco y se encargó del mando como Supremo Director.
En mayo fue elegido Presidente Provisional y en noviembre del mismo año Presidente Constitucional hasta 1884. Esta segunda etapa de gobierno de Guzmán Blanco se conoce con el nombre de "quinquenio", y durante él continuó el progreso material iniciado en el septenio y se acentuó el carácter dictatorial del guzmancismo. Al finalizar este período hizo elegir Presidente a otro de sus partidarios, el General Joaquín Crespo, quien gobernó de 1884 a 1886.
La lucha contra la autocracia de Guzmán Blanco cobró impulso con la introducción de las ideas positivistas y el movimiento político estudiantil que se inició durante la primera presidencia de Crespo. La oposición estudiantil contra Guzmán Blanco tuvo su origen en ciertas medidas del gobierno que afectaban la Universidad, sobre todo la supresión de la autonomía universitaria y la apropiación por Guzmán Blanco de la hacienda Chuao propiedad de la Universidad. Pero Crespo, a diferencia de Linares Alcantara, reprimió el movimiento anti-guzmancista con la cárcel y el destierro y cerró la Universidad. Bajo los auspicios de su gobierno se preparó un movimiento nacional de "Aclamación" para el retorno de Guzmán Blanco, a quien el Consejo Federal eligió Presidente Constitucional para el período 1886-88.
Guzmán Blanco ocupó de nuevo el mando hasta 1887. Este año se fue definitivamente a Europa, dejando encargado del gobierno al General Hermógenes López, a quien hizo elegir para que terminara su período.
Guzmán Blanco resultó ser un nuevo tipo de caudillo que sometió a los numerosos generales alzados después de la caída de José Ruperto Monagas y a algunos de sus propios partidarios en armas contra su gobierno. En los años que siguieron a su llegada al poder, el país se encontraba sacudido en todas partes por conmociones y revueltas. Guzmán Blanco decía que "Venezuela es como un cuero seco, que se pisa por un lado y se levanta por el otro".
Guzmán Blanco fue liquidando o sometiendo a sus enemigos mediante el ejercicio de una férrea dictadura. Siempre ejerció el gobierno investido de facultades extraordinarias. Durante su gobierno no se respetaron los derechos humanos ni las libertades fundamentales. Fue un período de presos y desterrados políticos; de allanamientos, confiscaciones, contribuciones forzosas, vejámenes; torturas en las cárceles y ejecuciones. Fue también una época de corrupción administrativa y peculado.
Pero al combatir y someter a los caudillos regionales, Guzmán Blanco frenó el proceso de desintegración feudal de la república, contribuyó a forjar la unidad nacional y golpeó el regionalismo. No obstante llamarse defensor de la Federación, Guzmán Blanco en la práctica acabó con toda autonomía regional, provincial o municipal. Centralizó el poder y afianzó la autocracia.
Durante su gobierno mejoró la red de comunicaciones: carreteras, ferrocarriles, líneas de navegación, correos y telégrafos. Estableció el sistema métrico de pesas y medidas y una moneda nacional, el bolívar, que el mismo Guzmán Blanco creó en 1879. "Fundó un servicio nacional de estadísticas; hizo levantar mapas, censos e inventarios de la nación; estableció una economía, si no floreciente y dinámica, al menos sana y estable; estructuró una administración ordenada, un sistema fiscal que siquiera funcionaba, restauró el crédito público interno y externo; trazó normas a la economía y aún a la geopolítica venezolana, algunas de las cuales seguían vigentes sesenta años más tarde; le dio sentido y orientación a la política nacional, protegió la agricultura y el comercio, y durante su gobierno se hicieron en Venezuela los primeros ensayos de industrias; regularizó la administración de la justicia; completó y perfeccionó la legislación. En suma; le dio cohesión a la nación.
Al lograr durante tanto tiempo la pacificación casi absoluta de Venezuela, consiguió que se perdiese un poco el hábito de la guerra y que se desprestigiase la profesión de revolucionario. En 1892, cuando Crespo se alzó y el país entró en un nuevo ciclo de conmociones armadas, el pueblo cantaba:
Ya Venezuela no quiere guerras
porque esta tierra se va a acabar.
Generales, Coroneles, sinvergüenzas,
que no quieren trabajar...
Al mismo tiempo que sometía a los caudillos, Guzmán Blanco se ligaba con la naciente burguesía mercantil, con las firmas comerciales que tenían en sus manos el comercio exterior y también la ejecución de las obras públicas decretadas por el gobierno. El apoyo de estos sectores dio solidez a la política centralizadora del autócrata.
EL CUADRO ECONOMICO DURANTE EL GOBIERNO DE GUZMAN BLANCO
El clima de paz que Guzmán Blanco logró en la República, le permitió llevar a cabo importantes medidas en el orden económico y fiscal. Los derechos de importación y de exportación habían subido de un 30% en 1830, a más de 100% en 1863, del valor de las mercancías. Guzmán Blanco rebajó los impuestos de importación en un 70% y eliminó prácticamente los de exportación.
Igualmente suprimió los peajes y derechos de cabotaje que se cobraba al comercio interior, por llevar las mercancías de un sitio a otro de la República.
Los quince años de paz de la autocracia de Guzmán Blanco fueron de gran recuperación de la ganadería y la producción agrícola, diezmadas como consecuencia de las continuas guerras civiles desde 1830. El rebaño vacuno, calculado en 1858 en 12 millones de cabezas, se había reducido a 5.400.000.
Cuando terminó el gobierno de Guzmán, el número de cabezas de ganado había subido a más de 8.000.000. La producción agrícola, la pesca, las minas, el comercio interior y en general, todas las actividades económicas, experimentaron un notable progreso en comparación con la precaria situación en que se encontraban a raíz de la guerra federal.
Esta prosperidad fue la causa principal de la estabilidad del gobierno de Guzmán, y se debió en gran medida a los precios altos que tuvieron en aquellos años, los principales frutos de exportación, café, cacao, algodón. En aquel tiempo se comenzó a exportar caucho, dividive y plumas de garza. Hay que mencionar también, en este balance del período de Guzmán, la reducción de la deuda interna y externa; el aumento considerable del comercio exterior y el incremento del presupuesto de gastos del gobierno, que llegó a 50 millones.
Por último, Guzmán Blanco se ocupó de sanear y estabilizar la moneda. Por Ley del 11 de mayo de 1871 estableció el fuerte o "venezolano" como moneda nacional, incorporando por primera vez la efigie del Libertador en nuestro signo monetario. Se mandó fundar una casa de moneda, "El Cuño", que funcionó entre 1886-89; y en 1879 se derogó la Ley de 1871 y se estableció como moneda nacional, el Bolívar, dividido en 100 céntimos, que se conserva hasta hoy.
GUZMAN BLANCO Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Durante su gobierno Guzmán Blanco tuvo que enfrentar varios conflictos internacionales debido a reclamaciones injustas y onerosas de gobiernos extranjeros contra la República. En todos estos casos la actitud de Guzmán Blanco fue enérgica y patriótica.
1.-En 1869 el gobierno de Estados Unidos, hizo que el gobierno de Venezuela firmara un acuerdo en que se comprometía a pagar un millón y medio de pesos en compensaciones por supuestos daños a propiedades de ciudadanos norteamericanos en el país. Los daños en cuestión no llegaban a 5.000 pesos. Guzmán Blanco impugnó el acuerdo y se negó a pagar el dinero, por considerarlo un "robo diplomático". Declaró al respecto: "Traigan sus cañones y empiecen a dispararlos contra Venezuela, porque no quiere dejarse robar más diplomáticamente". Esta actitud enérgica, mantenida durante muchos años, hizo que en 1886 el Senado Estadounidense aprobara un nuevo tratado menos oneroso.
2.-En 1875 rompió relaciones diplomáticas con Holanda, a causa de la hostilidad manifiesta de las autoridades holandesas de Curazao y el apoyo que daban a los enemigos políticos de Guzmán Blanco, refugiados en la isla.
Guzmán Blanco suspendió el pago de la deuda a Holanda y un buque de guerra holandés se presentó en La Guaira e hizo salir del puerto por la fuerza un barco curazoleño detenido por las autoridades venezolanas. Consecuencias de este conflicto fueron dos medidas propiciadas por el gobierno de Guzmán Blanco contra las autoridades coloniales holandesas. La primera de ellas fue la creación del impuesto diferencial antillano, o sea un recargo del 30% en los impuestos de aduana sobre las mercancías importadas de Las Antillas. Y la segunda fue la idea expuesta ante el Congreso de 1877 de que Venezuela habría de comprar un día las islas de Curazao y Trinidad como importante medida de "seguridad patria y de política sudamericana".
3.-En cuanto al problema fronterizo con Colombia, Guzmán Blanco mantuvo los derechos de Venezuela sobre la región occidental del Orinoco, que siempre perteneció a la Provincia de Guayana. Sin embargo, en 1882 convino en someter el problema de la frontera con Colombia al arbitraje del Rey de España.
Los límites con la Guayana Inglesa fue causa de un problema más grave con Inglaterra. Los ingleses ocupaban paulatinamente cada vez más territorio venezolano y la bandera inglesa fue plantada en el Amacuro y el Barima. La protesta del gobierno venezolano no fue oída y en 1887 quedaron rotas las relaciones diplomáticas. Por otra parte el gobierno inglés amenazó con un buque de guerra para obligar al gobierno venezolano a pagar por daños a buques mercantes ingleses. El gobierno de Guzmán Blanco se mantuvo firme también en este caso. Sin embargo, el problema de límites en esta frontera no quedó resuelto entonces, ni siquiera en 1899 durante el gobierno de Cipriano Castro, pues Inglaterra valiéndose de su condición de gran potencia, continuó ocupando y manteniendo territorios venezolanos dando origen a un complicado problema territorial que aún subsiste. Por último, durante el gobierno de Guzmán Blanco, en 1879, fueron fijados los límites con el Brasil.
GUZMAN BLANCO Y LA IGLESIA
Uno de los aspectos importantes de la política de Guzmán Blanco es el que se refiere a sus relaciones con la Iglesia Católica y a la pugna que mantuvo como resultado de las medidas tomadas por su gobierno en este terreno.
Los conflictos entre el Estado y la Iglesia comenzaron en Venezuela desde los días iniciales de la Independencia cuando la República tuvo que deslindar su campo, frente a una institución como la Iglesia Católica que, se había identificado con el absolutismo español y ocupaba un papel ductor en todos los órdenes de la vida colonial. Los patriotas, como Miranda y Bolívar durante la guerra de independencia y posteriormente, los conservadores y liberales, por igual, mantuvieron el carácter laico del Estado y se esforzaron por impedir la ingerencia de la Iglesia en la política.
Guzmán Blanco mantuvo frente a la Iglesia una actitud de independencia. Orientó su política a fortalecer el Estado como institución soberana frente a la Iglesia y a impedir la ingerencia del clero en los asuntos civiles y políticos. Entre las medidas de mayor significación de su gobierno en este aspecto, debemos mencionar las siguientes: Suprimió los Seminarios; puso en manos de la universidad la enseñanza de las materias eclesiásticas; estableció el registro civil con lo cual se anulaban prácticamente los registros parroquiales que llevaban los curas; se prohibió celebrar bautizos, matrimonios o entierros sin la constancia de haberse cumplido antes la formalidad civil. Prohibió el pago de primicias que hacían los fieles a la Iglesia; cerró los conventos de mujeres y otras comunidades religiosas. Decretó la secularización de los cementerios y se estableció el primero de ellos en el sur de Caracas. "Estatuyó el matrimonio civil e inició él mismo la práctica de esta reforma casándose ante las autoridades civiles. Restringió el derecho de la Iglesia y del clero de poseer bienes raíces. Expulsó al arzobispo de Caracas, Silvestre Guevara y Lira, y al obispo de Mérida, Hilario Bosset. Guzmán Blanco, en fin, alentó la idea de constituir una Iglesia venezolana, emancipada del Vaticano.
Algunas de estas medidas fueron derogadas o abandonadas durante los gobiernos de Rojas Paúl y Juan Vicente Gómez.
GUZMAN BLANCO Y LA INSTRUCCION PUBLICA

El 27 de junio de 1870, Guzmán Blanco promulgó el Decreto de Instrucción Pública, gratuita y obligatoria. Dada la importancia y la transcendencia que ha tenido esta medida en el desarrollo de nuestra educación, conviene señalar sus postulados y objetivos de mayor relieve.
El Decreto dividió la instrucción pública en dos etapas: la primario o universal, que la Ley exige a todos los venezolanos y que los Poderes Públicos están en el deber de dar gratuitamente; y la instrucción libre o voluntaria que comprende los demás conocimientos que los venezolanos quieran adquirir en las demás ramas del saber humano. La Nación, los Estados y los Municipios tienen la obligación de promover por todos los medios a su alcance, la instrucción primaria, creando y protegiendo escuelas gratuitas en los poblados y en los campos, de manera que los conocimientos obligatorios estén al alcance de todos. Establece como conocimientos obligatorios: "Principios generales de moral, lectura y escritura del idioma patrio, aritmética práctica, sistema métrico y el compendio de la Constitución Federal".
Para implementar el cumplimiento del decreto creó una estructura administrativa constituida por la Dirección Nacional de Instrucción Primaria, adscrita al Ministerio de Fomento; y Juntas Superiores en las capitales de Estado; Juntas Departamentales en las cabeceras de Departamento; Juntas Parroquiales en cada parroquia; Juntas Vecinales en los pueblos y caseríos. Al margen de tales organismos y para colaborar con ellos de modo directo y estrecho, funcionarían, además, Sociedades Cooperadoras constituidas por todas aquellas personas que quisieran prestar protección a la instrucción primaria. El Decreto ordena montar una imprenta para imprimir los textos de la enseñanza primara y adquirir los útiles necesarios para las Escuelas Primarias, haciéndolos venir del extranjero, o tomándolos del país, del modo que fuera más económico.
El Decreto de Instrucción Pública, pone la responsabilidad de la educación popular en manos del Estado, con lo cual se completa "la figura jurídico-educativa del estado docente, que comenzó a formarse desde los comienzos mismos de nuestra república".
En diciembre de 1872 Guzmán Blanco dictó otro decreto, por medio del cual reglamentó y estableció las condiciones para el funcionamiento de los colegios privados; e igualmente, clasificó los colegios nacionales, dividiéndolos en Federales y Seccionales, según pudieran o no, otorgar títulos. Los Colegios Seccionales daban títulos de maestros de instrucción primaria, agrimensor público y bachiller en ciencias filosóficas; los Colegios Federales, además, los títulos de bachiller en Ciencias Políticas, Ciencias Médicas, Licenciado en ambas Ciencias, en Ciencias Filosóficas e Ingeniero Civil.
LOS PROCERES AL PANTEON NACIONAL

El 11 de febrero de 1876 se ordena el traslado de los restos de los próceres y ciudadanos eminentes al Panteón Nacional, en cumplimiento del Decreto de Guzmán Blanco.
Ya antes, sin embargo, habían sido trasladados a la antigua iglesia de la Santísima Trinidad, los restos del Marqués del Toro, primer prócer en llegar a ese santuario de la Patria.
En realidad, para la fecha en que se inauguró el Panteón Nacional, ya muchos de los próceres estaban reposando allí. Tal es el caso de José Gregorio Monagas, Manuel Ezequiel Bruzual, Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón y Andrés Ibarra.
LOS RESTOS DE ANTONIO GUZMAN BLANCO SE ENCUENTRAN EN EL PANTEON NACIONAL

Los restos mortales de Antonio Guzmán Blanco, El Ilustre Americano, arribaron el día 7 de agosto de 1999 a Venezuela procedentes de Francia, tras cumplirse 100 años de su muerte el 28 de Julio.
El féretro viajó en vuelo comercial desde París y llegó al aeropuerto de Maiquetía a primera hora de la tarde, donde se rindieron honores militares.
A continuación fue trasladado al salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, al que acudieron los ministros de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel; de Defensa, Raúl Salazar; de Educación, Hector Navarro y el Gobernador del Distrito Federal, Hernán Grúber Odremán. El Historiador José Ramón Castellanos tuvo a su cargo eleborar y efectuar el discurso de orden.
Los cadetes de las diferentes escuelas de formación de oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales permanecieron en guardia de honor durante todo este día, mientras los restos de Antonio Guzmán Blanco se mantuvieron en capilla ardiente.
El embajador de Venezuela en Francia, Hiram Gaviria, informó vía telefónica que una vez abierta la tumba constataron que el cuerpo del Ilustre Americano se encontraba intacto y que lo más impresionante es que aún conservaba la barba. En vista de ello, indicó que lo más seguro es que sea incinerado para que sus restos puedan ser depositados en el Panteón.
El 31 de Julio de 1899, el presidente Ignacio Andrade emitió el decreto por el cual los restos del General Antonio Guzmán Blanco, ex-presidente de Venezuela, debían ser trasladados a Caracas desde París, donde pasó los últimos años de su vida, para que tuvieran eterno descanso en unas de las tantas obras que había sembrado en el país: el Panteón Nacional. Cien años después, se dió cumplimiento al decreto el día 08 de agosto de 1999.
La ceremonia oficial se inició con una ofrenda floral que el Jefe de Estado, Hugo Chávez Frías depositó ante el sarcófago de El Libertador, Simón Bolívar, acompañado de los ministros de Relaciones Interiores, Ignacio Arcaya; de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel; de Defensa, G/D Raúl Salazar Rodríguez,  de Educación Hector Navarro; de Secretaría de la Presidencia, G/D Lucas Rincón Romero y del Gobernador del Distrito Federal, Hernán Gruber Odremán.
En los actos de inhumación, el primer mandatario nacional compartió el presidium con el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Luis Miquilena; el de la Cámara de Diputados, Henrique Capriles Radonsky, así como descendientes de Antonio Guzmán Blanco.
El Orador de orden fue el Doctor Federico Brito Figueroa  Rector de la Universidad Experimental Rómulo Gallegos. Y los restos del General Antonio Guzmán Blanco fueron inhumados a las 1:20 P.M.
UN SIGLO EN PARIS LOS RESTOS DE GUZMAN BLANCO

(PLABLO VILLAMIZAR)   
Desde 1899, año del decreto de Ignacio Andrade, el cuerpo de Guzmán Blanco ha querido regresar a Venezuela. Y la Historia cuenta que han sido muchos los intentos que se han hecho. El General Manuel Antonio Matos, por ejemplo, yerno de Guzmán Blanco,quiso traerlo, pero fue absorbido por la Revolución Restauradora en contra de Cipriano Castro.
Juan Vicente Gómez no quiso saber nada, durante sus 27 años de mandato, en relación con la traída de los restos del Ilustre Americano. Lopéz Contreras, por razones políticas, tampoco quiso gestionar su repatriación pues, según cuenta la historia, comparó gestiones y determinó que tan dictador fue Guzmán como el Benemérito.
De los presidentes democráticos, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns y Jaime Lusinchi estuvieron dispuestos a llevar a cabo la misión. Algunos aseguran que Campíns estuvo a punto de hacerlo.
En torno a la historia de los restos de Guzmán Blanco existen muchas anécdotas. En 1981, por ejemplo, El Nacional publicó la noticia según la cual el Consejo Municipal del Distrito Federal había aprobado un decreto en el que se disponía el traslado de los restos del ex-presidente venezolano, de París a Caracas, para su exhumación definitiva del cementerio de Passy.
En julio de 1985, otra noticia alarmaba a la opinión pública venezolana. En ella se afirmaba que los restos de Guzmán Blanco estaban a punto de ser enviados a una fosa.
Los restos de muy pocos presidentes venezolanos han podido regresar luego de haber sido enterrados en el extranjero. En el caso de Simón Bolívar fueron traídos al país precisamente por Guzmán Blanco; los de José Antonio Páez se salvaron de caer en la fosa común de un cementerio neoyorkino gracias a las acciones de Hermógenes López y los de Cipriano Castro fueron traídos y enterrados en Capacho por las gestiones de Marcos Pérez Jiménez.
Para terminar, en el Gobierno del Comandante Hugo Chávez Frías, ha sido posible el regreso del presidente Guzmán Blanco por las gestiones de la Cancillería venezolana, (al mando del Ministro José Vicente Rangel y el Embajador de Venezuela en Francía Hiram Gaviria) con el apoyo del gobierno Francés.

Primera Batalla de San Mateo

(Lunes, 28 de Febrero de 1814)
El 28 de febrero de 1814 Simón Bolívar, al mando de los patriotas, vence en extraordinaria como increíble batalla a Boves en San Mateo.
Se peleó en las calles del pueblo, en el río, en los caminos, en las alturas, durante más de diez horas. Las heridas de Boves le obligaron a retirarse, dejando en el campo de batalla entre 800 y 1000 muertos y heridos. Víctimas de esta acción fueron, entre otros, los insignes patriotas Villapol y Campo Elías.
El General Bencomo Barrios, historiador militar, describe la acción: «En las primeras horas del 28 de febrero atacaron los realistas. Boves, con la columna principal, cargó contra la derecha; mientras que Morales lo hacía contra el centro, y otra pequeña columna contra la izquierda. Para contrarrestar el ataque de Boves, Bolívar empleó el batallón Barlovento (Vicente Campo Elías), al mismo tiempo que rechazaba a Francisco Tomás Morales con fuegos de fusilería y artillería.
Desde la izquierda republicana, el teniente coronel Gogorza contraatacó la derecha realista y la puso en retirada. El combate se decidió en favor de Bolívar cuando éste lanzó un contraataque sobre las fuerzas de Boves, quien se retiró al otro lado del río Aragua.»

La Fundación de San Fernando de Apure

(Jueves, 28 de Febrero de 1788)
El 28 de febrero de 1788 el Gobernador de Barinas, Fernando Miyares González, conjuntamente con Juan Antonio Rodríguez y fray Buenaventura de Benaocaz, funda la Villa de San Fernando del Paso Real de Apure. El nombre fue un homenaje al Infante don Fernando de Borbón.
Se han dado otras fechas indicando la fundación de San Fernando, pero se establece ésta como la definitiva, después que el padre Rafael Chacín Soto, párroco de Valle de la Pascua encontró en Sevilla el acta correspondiente, que fue reconocida y publicada por el académico Argenis Méndez Echenique en su Historia del Estado Apure.
SAN FERNANDO DE APURE
Ciudad capital del estado Apure en Venezuela, y del municipio San Fernando. Situado a 46 m de altitud, en las riberas del río Apure. Ha tenido una expansión demográfica y económica en las últimas décadas por el mejoramiento de su infraestructura de comunicaciones: prueba de ello es la consolidación de la carretera troncal que lo une con el norte del país y nuevas carreteras que han extendido su zona de influencia hasta Guasdualito y Puerto Páez, uniéndose a través de la carretera intercomunal con Biruaca y con su rehabilitación como puerto fluvial en el Eje Apure-Orinoco. Sus funciones administrativas, comerciales, bancarias y de servicios irradian a un amplio ámbito ganadero y agrícola, localizándose mataderos, tenerías y fábricas de productos pecuarios. Población (según estimaciones para 1996), 109.999 habitantes.

José María España

(Sábado, 28 de Febrero de 1761)
José María España
Nace en La Guaira, el 28 de febrero de 1761, José María España, quien conjuntamente con Manuel Gual dirige el importante movimiento pre-independentista que se conoce con el nombre de «Conspiración de Gual y España».
España fue un hombre culto, era asiduo lector de filosofía y política y dominaba los idiomas inglés y francés; en su casa tenía una amplia biblioteca, con obras en francés, inglés y español.
Al morir su padre, pasa a regentar junto con sus hermanos una hacienda de cacao llamada «El Carmen», que la familia España poseía en las inmediaciones de Naiguatá. También ejerció el comercio.
En 1793 el gobernador y capitán general de Venezuela Pedro Carbonell lo nombró Teniente Justicia Mayor de Macuto.
En los calabozos de las bóvedas de La Guaira se encontraban, desde finales de 1796, Juan Bautista Picornell, Manuel Cortés Campomanes, Sebastián Andrés y José Lax, reos de Estado remitidos presos desde la península por haber intentado establecer allí una república como la francesa. Gual, España y el grupo de conspiradores que los seguían, se contactaron con los reos, quienes reafirmaron sus ideas revolucionarias.
José María España, en su posición de teniente justicia mayor, favoreció la fuga de los revolucionarios españoles, la noche del 4 de junio de 1797, los ocultó en Macuto y facilitó su huida a las Antillas el día 26.
Descubierta la conspiración por las autoridades españolas de Caracas, el 13 de julio de ese mismo año, España y Gual siguieron adelante celebrando reuniones en un sitio denominado Quita Calzón, río arriba de La Guaira.
El 14 de julio las autoridades arrestaron a muchos de los involucrados. Gual y España escapan hacia las Antillas. José María España fue a la isla de Curazao, de donde pasó luego a las de Guadalupe, San Bartolomé, Saint Thomas, Sainte Croix, Martinica y finalmente a la isla de Trinidad.
En 1799 José María España regresó furtivamente a La Guaira, pero su escondite fue delatado; sometido a juicio, se le condenó a muerte por sedicioso y conspirador.
El 8 de mayo de 1799 fue ejecutado en la Plaza Mayor de Caracas. Antes de morir España pronunció las proféticas palabras: «No pasará mucho tiempo sin que mis cenizas sean honradas».
En ese mismo sitio está la estatua del Libertador Simón Bolívar, de modo que se cumplió su profecía de que sus cenizas serían honradas.

jueves, 27 de febrero de 2014

Muere José Laurencio Silva

(Jueves, 27 de Febrero de 1873)
Muere José Laurencio Silva
El 7 de setiembre de 1791 nace en Tinaco, estado Cojedes, José Laurencio Silva.
Desde 1811 actúa bajo las órdenes del Marqués del Toro, en la campaña contra Coro, y luego de Miranda, en Valencia. Al perderse la Primera República, J.L. Silva se refugia en los bosques de Cojedes para seguir una guerra de guerrillas.
En 1813 se une al Libertador en San Carlos, aportándole su escuadrón de caballería. Desde la batalla de Taguanes (31-07-1813) hasta que cae preso en 1814, desarrolla una increíble actividad, participando en acciones militares. A saber: La Victoria, Bárbula, Araure, Mosquiteros, La Puerta, San Mateo, El Arao, Mantecal, El Yagual, Mucuritas, Barinas, Queseras del Medio, Carabobo, Bomboná, Junín, Matará, Ayacucho y Portete de Tarqui
Acompaña a Bolívar en la campaña del Sur. Pelea en Bomboná, Junín y Ayacucho, acción ésta en la que recibió tres lanzazos. Aquí fue ascendido a General de Brigada.
En 1827, al regresar a Caracas, se casa con Felicia Bolívar, sobrina del Libertador. Después de haber sido elevado a General de División en 1829. En 1849 se puso al frente de las fuerzas que combatieron al General Páez, el cual hubo de capitular. Fue General en Jefe del Ejército y Ministro de Guerra y Marina. Acompañó al Libertador en sus últimos momentos en Santa Marta
Muere en Valencia el 27 de febrero de 1873. Sus restos reposan en el Panteón Nacional.

miércoles, 26 de febrero de 2014

La Real Audiencia de Caracas

(Lunes, 26 de Febrero de 1787)
El 26 de febrero de 1787, siendo Capitán General don Juan de Guillelmi, se constituyó la Real Audiencia de Caracas. La presidía el mismo Capitán General, pero éste no era más que un cargo honorífico, pues dicha autoridad no tenía voz ni voto.
Este organismo se comportó meritoriamente, a tal punto que H. García Chuecos lo elogia «por sus lecciones de civismo, de integridad y decoro». Y Parra Páez dice que «En principio puede afirmarse que la Real Audiencia prolongaba en Venezuela la gran tradición judicial española y aplicaba justamente las leyes».
ANTECEDENTES Y CREACION DE LA REAL AUDENCIA DE CARACAS
Las provincias venezolanas no tuvieron Audiencia propia hasta fines del siglo XVIII, año 1787, fecha en que fue creada la Real Audiencia de Caracas. Antes de esa fecha, cada provincia dependía en asuntos judiciales de alguna audiencia situada fuera de Venezuela. En los primeros años del período colonial, las provincias venezolanas dependían de la Audiencia de Santo Domingo. A partir de 1717, quedaron sujetas así: las de Caracas, Maracaibo y Guayana, a la Audiencia de Santa Fe de Bogotá; las de Cumaná, Margarita y Trinidad, a la Audiencia de Santo Domingo. Cuando el gobernador de la provincia de Caracas dictaba una sentencia y se quería apelar del fallo, había que hacerlo ante la Audiencia de Bogotá. De la misma manera había que proceder si se trataba de sentencias dictadas en Maracaibo o Guayana. Cuando la sentencia ocurría en Cumaná, Margarita o Trinidad, entonces la apelación debía hacerse ante la Audiencia de Santo Domingo.
Este sistema ocasionaba retardos en la administración de justicia, debido a la distancia, lo tardío de las comunicaciones y los gastos de las apelaciones. En el siglo XVIII, la Corona trató de remediar la situación, modificando la dependencia de algunas provincias o haciendo que todas ellas dependieran de una misma Audiencia, como se dispuso en 1777, año en que se ordenó que todas dependieran de la Audiencia de Santo Domingo. Sin embargo, esta medida. tampoco fue satisfactoria. La situación quedó definitivamente resuelta por decreto del Rey Carlos III, del 6 de julio de 1786, por el cual se creó la Real Audiencia de Caracas, con jurisdicción en el territorio de la Capitanía General de Venezuela. A partir de entonces, las provincias venezolanas de Caracas, Cumaná, Guayana, Maracaibo, Barinas y Margarita pudieron resolver sus problemas judiciales dentro del país, sin tener que recurrir a Audiencias situadas fuera de su territorio.
COMPOSICION DE LA AUDIENCIA DE CARACAS
En agosto del mismo año 1786, el Rey designó el personal de la Audiencia de Caracas, en la forma siguiente: un Regente, tres Oidores y un Fiscal en lo civil y criminal. Por otro decreto del 13 de enero de 1787, el Rey designo al Capitán General como Presidente nato de la Audiencia de Caracas. Este cargo tuvo carácter honorífico, pues no tenía voz ni voto en las deliberaciones del tribunal.
El personal de Secretaría y subalterno de la Audiencia contaba con: un Relator; un Escribano; un Capellán; un Canciller Registrador; dos Escribanos Receptores; cuatro Procuradores; un Tasador; un Repartidor; un Abogado de Pobres; un Procurador de presos; dos Alguaciles; dos porteros y un barrendero. Con este personal, la Audiencia de Caracas inició sus labores el 19 de julio de 1787.
ATRIBUTOS DE LA AUDIENCIA DE CARACAS
La audiencia de Caracas fue el tribunal de jerarquía que tuvo Venezuela durante la Colonia. Dependía directamente del Rey por intermedio del Consejo de Indias. Sus atribuciones fueron de dos tipos: judiciales y de gobierno.
Las funciones judiciales las realizaba la Audiencia en todos los juicios civiles, mercantiles y penales, administrativos y eclesiásticos:
a) Actuaba como tribunal de segunda instancia en todos los pleitos y procesos judiciales apelados por los tribunales inferiores (gobernadores, alcaldes y tenientes de justicia). También en las apelaciones de juicios mercantiles en sentencias dictadas por el Consulado y en los Juicios de residencia.
b) Actuaba como tribunal de primera instancia en casos de delitos graves (rebelión, o traición), llamados "casos de corte". (Ejemplos típicos de esta índole fueron los juicios seguidos por la Audiencia de Caracas en la rebelión de José Leonardo Chirinos, 1795, y en la conspiración de Gual y España, en 1797.)
c) La Audiencia intervenía también como tribunal en las causas sobre patronato eclesiástico, y en los "casos de fuerza"', que eran aquellos en que algún particular recurría a un tribunal civil, alegando no habérsele hecho justicia en el Tribunal Eclesiástico. De las sentencias dictadas por la Audiencia, se podía apelar, en ciertos casos, ante el Supremo Consejo de Indias.
Atribuciones de gobierno:La Audiencia de Caracas, al igual que las demás Audiencias coloniales, tuvo atribuciones como organismo de vigilancia y fiscalización de los altos funcionarios políticos de la colonia. Lo cual se explica por la desconfianza de los monarcas a que los funcionarios, por la gran distancia de la metrópoli, pudieran extralimitarse en el gobierno. La audiencia fue, pues, un cuerpo consultivo, asesor del Capitán General, e intervino en el gobierno de la Capitanía mediante reuniones que realizaban dos veces por semana con el Capitán General. Estas reuniones se llamaban acuerdos, y en ellas se tomaban decisiones en asuntos de la administración pública.
IMPORTANCIA DE LA CREACION DE LA AUDIENCIA DE CARACAS
Con la creación de la Audiencia de Caracas se obtuvieron los siguientes resultados:
a) Se centralizó y mejoró la administración de justicia en las provincias venezolanas, pues estas pudieron disponer, como ya se ha dicho, de un tribunal de alzada dentro del país.
b) Se contribuyó definitivamente a la integración territorial, ya que unificó judicialmente las provincias que formarían la República de Venezuela.
c) Contribuyó a dar mayor realce a la administración de justicia; facilitó y mejoró los estudios de derecho y la formación de un cuerpo de abogados criollos en el país. En este sentido, podemos contar como medidas positivas la creación del Colegio de Abogados de Caracas, en 1788, y de la Academia de Derecho Español y Público, en 1790.
d) Dio impulso a las actividades tribunalicias en general. "La instalación de la Audiencia estimuló en alto grado el afán de litigar....No hubo, a partir de 1787, sentencia de que no se apelase ante la Real Audiencia. Esto, a su vez, trajo como consecuencia, el fomento y crecimiento de una clase de hombres, que con el nombre de Procuradores, Escribanos, Notarios, Agentes Judiciales, etc., se hizo necesario para dar salida a la gran cantidad de trabajo que ocupaba al Tribunal".

martes, 25 de febrero de 2014

Luis Manuel Urbaneja Achelpohl

(Martes, 25 de Febrero de 1823)
Luis Manuel Urbaneja Achelpohl
Continuador de la tendencia literaria de Manuel Vicente Romerogarcía es Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, considerado como padre del Criollismo venezolano.
Nace en Caracas de padre venezolano y madre alemana. Su adolescencia es de estirpe romántica: rebelde ante los convencionalismos sociales, desinteresado por la educación tradicional, amante de la naturaleza. De ahí que emprende largas excursiones durante las cuales se interna en los campos, a veces por semanas, al cabo de las cuales regresaba tan silenciosamente como se había ido, trayendo inundada el alma de gentes y paisajes criollos. Con estos motivos comienza a escribir en un género que estaba de moda. Se trataba de pequeños poemas en prosa, que solían denominarse "acuarelas".
El autor de Peonía fue uno de los más célebres "acuarelistas" venezolanos. Quizá por ello, y por razones de afinidad más profundas, Urbaneja le dedica a Romerogarcía esta Acuarela, que data de 1894.
El sol se marcha. Sobre el oscuro verde de la montaña antoja un tono anaranjado, que colándose por los huecos del follaje ilumina la seca hojarasca y las gruesas raíces que salidas a flor de tierra parecen extrañas serpientes inmóviles. Por una ladera desciende un grupo de mujeres, llevando en la cabeza sobre gruesos rolletes haces de chamizas; el viento abomba sus faldas terrosas, y ruedan a sus pasos los guarataros a los oscuros senos de las quebradas. En llegando al pueblo, se van en derechura de las cocinas, que de pronto se iluminan con las sanguíneas llamas de las chamizas en los fogones.
Ya todo es sombra. La montaña es una negra silueta destacándose en el fondo azul del ciclo, en donde comienzan a palpitar las estrellas de oro. Todos los techos de cocuiza tienen su pardo penacho de humo: en las cocinas de los ranchos, la familia labriega, recostados los unos a los gruesos horcones del bahareque, sentados los otros sobre las enjalmas de los asnos que rebuznan en el gamelotal, beben guarapo a largos sorbos en sus pichaguas, mientras que en los fogones estallan los ramos secosy por el camino alguien, alejándose en el silencio de la noche, deja, perdido en el aire, el triste, monótono galerón:
Nacemos entre sollozos
y entre lágrimas morimos.
Si no hay placer para el hombre,
entonces, ¿por qué vivimos?
En este apunte de los veinte años, aparecen ya los elementos básicos del Criollismo que van a dirigir toda la obra de Urbaneja: temas autóctonos, opuestos al exotismo de los modernistas, orientados a la captación del paisaje criollo y de los tipos humanos característicos del país, con sus trajes, costumbres, hábitos de trabajo, formas de vida en general, así como el uso de términos venezolanistas ("chamiza", "pichagua", "guarapo").
Urbaneja abandona repentinamente la vida errátil y se disciplina en los estudios. En el Colegio Aveledo finaliza su educación media. Se inscribe en la Universidad; cursa hasta el cuarto año de Derecho. Pero su verdadera vocación estaba en una creciente pasión literaria. Un día sus compañeros universitarios no vuelven a verlo en clase. Uno de ellos, Pedro Emilio Coll, lo recuerda:
Meses hacia que Urbaneja faltaba a nuestras pequeñas tertulias literarias y a los patios de la Universidad, en donde como estudiantes solíamos encontrarnos; no se le veía en calles, ni plazas; ¿en dónde diablos se había metido?
Alguien me asombró con la noticia de que Urbaneja tenía un vaquería. No, quería convencerme por mis propios ojos. Y allá me fui. Pasé la rústica puerta de un corralón, tropecé con una carreta repleta de hierba, con varios instrumentos de labranza, con una montura desvencijada, y entre el vaho cálido del establo, acariciando con su mano el lomo de una vaca, estaba Urbaneja Achelpohl, con burdos zapatos y un kepis blanco que a duras penas le sujetaba la cabellera desordenada. Un grueso abrazo y una gruesa carcajada.
-Esta es la vida -parlaba entre risas desdeñosas, esta atmósfera me grada más que la de los círculos literarios, que es de hipocresías y envidias; las vacas me quieren y me obedecen; todas me conocen; mira aquella que me guiña los ojazos; acaso está celosa de ti. No, y lo que es como higiénico, seguro que vale la pena. Mírame!
Y en efecto, él que antes era flacucho y amarillento, tiene ahora anchos los hombros y panzudas las rosadas mejillas.
Estos oficios campestres le deparan, por añadidura, el contacto diario, íntimo y desaprensivo con esa Venezuela rural que tan de bulto aparece en sus relatos. Urbaneja experimentó verdadera complacencia e interés por las gentes rústicas, con las que charla por horas, sobre sus formas de vida, sus problemas, tradiciones, costumbres, consejas. Así lo testimonia su amigo y, en cierta medida su discípulo literario, José Rafael Pocaterra:
Acaso solo con su alma y con su talento, por los ojos se lo entraba mejor el paisaje; y como si todo lo demás fuera un mundo de fantasmas, captaba el gañán y el predio, la yunta de bueyes y el crepúsculo, la moza y la vieja, y tal vez el campanario del pueblecito y siempre el celaje en sangre coagulada y el verde tierno de los "botones de algodonero".
A los veinticinco años, Urbaneja recibe su bautizo de fuego, en la Revolución Nacionalista que acaudilla el General Hernández contra el gobierno de Ignacio Andrade. Las escenas de violencia que presencia en los campos de guerra, los increíbles personajes que conoce, le permiten describir y narrar con gran vigor y realismo las batallas de su mejor novela, En este país!... En una de esas escenas aparece fugazmente un personaje extraordinario, la "Mapanare", una de aquellas mujeres que iban en seguimiento de sus hombres, durante las penosas marchas y contramarchas de la revolución. Heroínas a ratos, samaritanos, despojadoras de cadáveres, con cabeza y manos tiznadas por las quemaduras de la pólvora, estas soldaderas parecían encarnar la violencia, la rapiña y el amor.
Después de esta experiencia bélica la vida de Urbaneja Achelpohl transcurre en la paz hogareña. Se aparta de los cenáculos políticos e intelectuales, se dedica a su trabajo bucólico y al ejercicio callado pero continuo de su oficio literario. Por la mañana dialoga con gañanes, peones, ordeñadores; por la tarde recibe la visita de sus compañeros de letras, Pedro Emilio Coll, Pedro César Domínici, José Rafael Pocaterra, Rufino Blanco Fombona, Rómulo Gallegos, Jesús Semprum, Juan España. Durante los gobiernos dictatoriales de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, Urbaneja se aparta aun más. Con su familia habita en los aledaños de Caracas, primero en Los Dos Caminos, luego en Quebrada Honda, más tarde en El Valle. Se gana la vida administrando una pequeña vaquera. Ya en las postrimerías de su existencia, acepta dirigir la escuela de arte escénico que funda el Ministerio de Educación (1936). A los sesenta y cuatro años fallece en Caracas. Desde su refugio de exilado en Point-Claire (Canadá), José Rafael Pocaterra imagina la escena del sepelio de Luis Manuel Urbaneja Achelpohl:
Le habrán ido a sacar de su casita en El Valle, allá oculta tras un Jardín, bajo algunos árboles...Habrá trepado esta vez a hombros ajenos, las escaleras que suben hasta la callecita urbana, con su tejadillos bajos y sus fachadas al temple. Al temple de la modestia ciudadana, callada, humilde, que fue la existencia de un gran artista.
Ya no volverá a descender más la cuesta, ya no irá a pasarse sus tardes a la estrecha mesa, con los espejuelos caídos y las cuartillas dispersas; y le habrán cantado el responso final y por la misma carretera que de la vulgar capital le traía a la paz de su albergue, ahora le llevarán, a ubicarlo en la medida estrecha, bajo la piedra cifrada. Algunas lágrimas, el registro de su partida de propiedad en la tierra venezolana donde al fin tiene casa propia. Comentarios de prensa. No mucho ruido, no, que ese que llevan a enterrar es un pedazo de la Venezuela eterna; y a Venezuela se la entierro así, por trozos y modestamente.
SU OBRA LITERARIA
A juzgar por el testimonio de Pedro Emilio Coll, el inicio de Urbaneja como escritor está bajo el signo de la estética modernista afrancesada. Pero ya en 1893, al filo de los veinte años, Urbaneja se encuentra escribiendo estampas criollas. Y un año más tarde inserta en la revista Cosmópolis dos ensayos doctrinarios, en los que aboga por una literatura nacional. Urbaneja parece haber captado el mensaje de Peonía, y de una vez para siempre consagra su entusiasmo a expresarles paisajes de su tierra, y a narrar lo que le ocurre a los hombres de pueblo con quienes se tropieza en posadas de camino, a la sombra de los bucares, en los barbechos, al pie de las vacas. "Un pueblo que no posee la manera genuina de expresar sus sentimientos -escribe Urbaneja- no tiene derecho alguno a aspirar un puesto en la armonía universal".
Extinta Cosmópolis, Urbaneja pasa a ser uno de los más asiduos colaboradores de El Cojo Ilustrado. En 1896 publica su primer cuento, "Botón de algodonero". Desde entonces, y hasta 1914, es un consecuente redactor de la publicación de Herrera Irigoyen, en cuyas páginas ven la luz la mayor parte de sus relatos breves, compilados casi todos en los dos volúmenes El Criollismo en Venezuela en cuentos y predicas (1945). Publica tres novelas: En este país!... (1920), El Tuerto Miguel (1927) y La casa de las cuatro pencas (1937). Al parecer, deja inédita A la sombra de la Negra Juana.
Resumen crítico de la novela "En este país!....... ". Consta la obra de veinte capítulos, estructurados en tres partes fácilmente identificables.
La primera parte (capítulos I-XI) transcurre en la hacienda "Guarimba", situada a escasa distancia de Los Dos Caminos, a orillas del río Tócome. En aquel ambiente paradisíaco, una pareja de jóvenes, Paulo y Josefina, se atraen y terminan por enamorarse. Es, en esencia, el mismo tema idílico que ya conocemos como típico en la novela hispanoamericana del diecinueve y primeras décadas del veinte.
La circunstancia de que Paulo es un pobre peón, y ella, la hija de los dueños de "Guarimba", crea el conflicto, que es de orden socioeconómico. Paulo y Josefina, al ser engendrados expresamente para protagonizar un conflicto de clases, resultan convencionales y estáticos. A lo largo de la novela, Paulo no hace sino atender a sus sentimientos por Josefina, como peón que la acompaña en sus excursiones campestres, como soldado que arrostra toda clase de peligros y cumple las mayores hazañas en su afán por hacerse general, e ingresar a la clase de su amada. Desde los tiempos de la Independencia -recuérdese la trayectoria de Páez- este fue uno de los caminos que el hombre del pueblo tuvo para superar su origen.
Josefina es una muchacha enfermiza que recuerda a las heroínas románticas. Haciendo caso omiso de los prejuicios de clase, se enamora de Paulo Guarimba, descendiente de esclavos, afronta la ira de sus padres, que la arrojan de la casa por considerarla indigna. En este aspecto, la novela de Urbaneja, es folletinesca.
Más interesante es el doctor Gonzalo Ruiseñol, propietario de la hacienda "La Floresta". Graduado en Norte América de Ingeniero Agrónomo, regresa lleno de proyectos encaminados a lograr un mayor rendimiento de las tierras de labranza, un mejor provecho en la cría de ganado vacuno y de las aves de corral. Sus ideas progresistas chocan con la opinión adversa de los viejos agricultores, quienes llegan a juzgar al doctor Ruiseñol como un demente, un botarate o un soñador. El personaje de Urbaneja recuerda al joven ingeniero Carlos, el de Peonía, y, en alguna medida se emparenta con el futuro Santos Luzardo, de Gallegos.
Otro personaje de algún interés, como caricatura social, es un periodista de apellido Guaro, adulador, oportunista y reaccionario.
Salta a la vista el propósito de Urbaneja. El quiere erigir a todos estos personajes en símbolos de una Venezuela descompuesta por la ambición y las guerras civiles. Por ello, uno de los valores en esta novela es de carácter ético. Se ha observado que el título En este país!... es idéntico al de uno de los artículos de costumbres del romántico español Mariano José de Larra (1809-1837). Más que una simple coincidencia de títulos, hay una relación más profunda, consistente en una definida y beligerante posición de moralistas que toman las costumbres de sus pueblos, así como los personajes característicos de ambas sociedades, para ejercer una función de censores. Esta orientación ética de Urbaneja se evidencia en la segunda y tercera parte de la novela.
La segunda parte (capítulos XII-XVII) tiene por escenario los campos de la guerra civil. Los combates, particularmente, están narrados con gran vigor y realismo, por lo que es de suponer que responden a vivencias de Urbaneja en sus andanzas revolucionarias. En esta guerra juegan su suerte Paulo Guarimba (quien pelea como recluta en las filas del gobierno), y el doctor Gonzalo Ruiseñol (quien se ha ido con los revolucionarios para salvar de la hipoteca su hacienda "La Floresta"). El bando subversivo pierde. El doctor Ruiseñol cae preso y es conducido a una tenebrosa cárcel política, a la que llega moral y materialmente destruido. De la prisión lo libera el General Paulo Guarimba, Ministro de Guerra y Marina, quien además le consigue un empleo como archivero, para que el doctor Ruiseñol viva decorosamente.
La tercera parte (capítulos XVII-XX) refiere la entrega de la hacienda "La Floresta' a don Toribio y doña Carmen Pichirre; y las bodas fastuosas del General Paulo Guarimba y Josefina Macapo quienes cuentan ahora con la aprobación y el contento de los padres de la novia.
La novela de Urbaneja presenta el ascenso de un personaje del pueblo a las cimas del poder. En esto, Paulo Guarimba recuerda al General Galindo, personaje de Idolos rotos (1900), quien de mayordomo de hacienda llega a Ministro de Fomento. Pero Urbaneja va más allá. Guarimba, cifra del pueblo, sale del anonimato y escala elevadas posiciones. Pero Ruiseñol desciende de la posición de un rico terrateniente a la de un empleadillo de ínfima categoría. El tema de la descomposición moral y el desmoronamiento de la vieja aristocracia terrateniente venezolana, es también materia novelística en José Rafael Pocaterra, particularmente en Vidas oscuras (1916). El tema no se queda en estos narradores, sino que avanza hasta Rómulo Gallegos, quien lo replantea en La trepadora (1925).

lunes, 24 de febrero de 2014

Daniel Florencio O'leary

(Viernes, 24 de Febrero de 1854)
Daniel Florencio O
El 24 de febrero de 1854 muere en Bogotá Daniel Florencio O'Leary, natural de Cork, Irlanda, pero sumado a la causa patriota desde que llegó a Venezuela en 1818, con la expedición que organizó en Inglaterra el Coronel Wilson, contaba con 16 años de edad cuando se embarcó como alférez del cuerpo de auxiliar de Húsares Rojos.
Separado ya de las tropas de Wilson y puesto a las órdenes de Soublette en Angostura, es incorporado por éste a las fuerzas de Anzoátegui y a poco es ascendido a Capitán.
Se distinguió en las acciones de Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Tarqui, etc. Bolívar lo escogió para ser uno de sus edecanes. Escribió sus Memorias que constituyen un inapreciable aporte al conocimiento de la Historia de la Independencia. A O'Leary se le llama el «cuarto evangelista» del Libertador por la gran devoción que demostró a Bolívar. A uno de sus hijos le bautizó con el nombre de Simón Bolívar O'Leary.
Concluida la Guerra de independencia, prestó destacados servicios a Venezuela al realizar diversas gestiones diplomáticas en Inglaterra y Nueva Granada.
Como Edecán de la íntima confianza del Libertador y por esa devoción a la que hemos hecho referencia, conservó gran parte del archivo que posterior al año 1830 fue incrementando con la ayuda de sus antiguos compañeros de armas, a quienes solicitaba el documento para su recopilación.
Esta importantísima colección pasó a sus hijos, quienes la cedieron al Estado Venezolano durante la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, dándose inicio al Archivo del Libertador, que actualmente se conserva en la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Caracas.