sábado, 14 de septiembre de 2013

La Iglesia Matriz de San Felipe en 1970 Raúl Freytez

José Policarpo Reyes-Zumeta, relató en el diario La Religión, bajo el pseudónimo de Felipe de Villafuerte el 20 de Noviembre de 1954, que “(…) fue tan precaria y desconcertante la evolución arquitectónica, religiosa y cultural de San Felipe, pasada su tragedia de 1812, que sólo después de 52 años de tesonero empeño pudieron sus habitantes ver perfilado al fondo de la nueva Plaza mayor, el Templo de armoniosas líneas de ambiente post-colonial que remata su fachada con la euritmia de un arte nuevo muy nacionalista, para marcar indeleblemente en tierras yaracuyanas la perdurabilidad de la piedra sempiterna de Pedro”, al constituirse en la tercera manifestación arquitectónica cristiana de nuestra historia en la imponente Iglesia Matriz, uno de los íconos de mayor abolengo, consagrada el 13 de Agosto de 1864 en el San Felipe renacido, “por el Ilustrísimo Señor Doctor Silvestre Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas y Venezuela”.
Villafuerte afirmó que “los recursos de entonces no fueron suficientes para dar término satisfactorio a la obra; faltaba la torre, pero en el primer cuerpo construido se elevó la campana mayor que había presenciado la gloria y la tragedia de San Felipe El Fuerte. En su bronce armonioso, una rasgadura, partiendo en dos el escudo de Castilla la Vieja, hacía más solemnes sus vibraciones eternas al golpe del badajo que impulsaba Juan Martínez (a) “Dulce e´piña” o Ricardo “El ciego”. (Esta historia continuará).
Óleo de Héctor Nino Ojeda
Óleo de Héctor “Nino” Ojeda. Iglesia Matriz de San Felipe. 1970

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