Según algunos historiadores, los conflictos entre Francisco de Miranda y Antonio Nicolás Briceño, impidieron que el Generalísimo ejerciera el mando efectivamente y evitara la caída de la Primera República. Según Briceño, la larga estancia de Miranda en Europa evitó que "comprendiera la realidad de esta Capitanía". Miranda quería formar un gran ejército disciplinado reflejo de aquellos que vio en Europa, sin embargo, Briceño, como Fiscal Militar, retrasaba todas las órdenes de Miranda. Miranda puso sobre la mesa del Congreso la Ley de Alistamiento, la cual fue diferida varios meses por iniciativa del mismo Briceño, entre otros quienes envidiaban y desconfiaban de Miranda.
Estos meses resultaron ser valiosos y cuando Monteverde desembarcó en Venezuela, Miranda aún no tenía un ejército como se lo esperaba. Al final, ante el avance del realista, el congreso le dio facultades extraordinarias a Miranda para el reclutamiento, entrenamiento y organización del ejército. Sin embargo, ya era muy tarde. Este es un Hecho Criollo.
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