El encuentro entre Simón Bolívar y Pablo Morillo marcó sin duda un antes y un después en nuestra Guerra de Independencia. Luego de que el pacificador perdiera buena parte de su ejército y del territorio venezolano desde su llegada en 1815, este decidió, previa aprobación del Rey, entrevistarse con el famoso Simón Bolívar, líder de los patriotas.
El 25 de noviembre de 1820, en Santa Ana de Trujillo, con su uniforme de gala y una amplia comitiva, Morillo se encuentra con el Libertador quien vino sobre su mula y sin escoltas, con una levita azul, su gorra de campaña, y con apenas su edecán y algunos de sus oficiales, lo que sorprendió bastante al realista.
Tanto el 25 como el 26 de noviembre, ambos generales establecieron los puntos sobre El Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, redactado por Antonio José de Sucre, con el cual se derogaba el decreto de "Guerra a Muerte" realizado siete años antes, con la finalidad de "hacer la guerra como los pueblos civilizados" y estableciendo además un armisticio de un año.
También compartieron anécdotas, brindaron por la paz, y colocaron la primera piedra de un monumento para rememorar ese glorioso día. Ambos acordaron que el monumento tendría forma de pirámide, ya que ambos eran masones (Bolívar se inició masón en Cádiz, en 1804)
Por último, el 27 de noviembre ratificaron todos los acuerdos, y se despidieron con el triple abrazo correspondiente dando por finalizada tan importante reunión. Cabe destacar que el monumento fue finalizado casi un siglo después e inaugurado el 24 de julio de 1912 en la Plaza Armisticio de Santa Ana de Trujillo. Este es un Hecho Criollo.
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