lunes, 12 de septiembre de 2016

Simón Rodríguez siempre fue un rebelde que rompió con la tradición establecida. No solamente quería quebrar las cadenas de nuestro continente, sino que también lo hizo con la iglesia. Al haberse involucrado en la revuelta de Gual y España, tuvo que escapar de Venezuela en secreto para ir a Jamaica. Allí, en 1797, el excéntrico lector de Rousseau, renegó de su nombre, el mismo del primer obispo de Roma, para adoptar el Samuel Robinson, apellido en honor al solitario náufrago Robinson Crusoe, personaje de la novela publicada y creada en 1719 por Daniel Defoe.
Con este cambio, Simón Rodríguez simbolizó la ruptura con la "oscuridad" de la religión, y el despertar del hombre que vence las dificultades gracias a la paciencia y la razón, como el popular personaje de la novela. Este es un Hecho Criollo.

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